Domingo VIII del Tiempo Ordinario (A)

27-2-11 DOMINGO VIII TIEMPO ORDINARIO (A)

Is. 49, 14-15; Slm. 61; 1 Cor. 4, 1-5; Mt. 6, 24-34


Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

- Confianza absoluta en Dios. El evangelio de hoy es precioso. Sólo puede decir este evangelio un lunático o un enamorado de Dios, pero, en este último caso, tiene que ser una persona que haya experimentado en su propio ser el cuidado y la ternura de ese Dios del que habla. Dice Jesús en esta parte del sermón de la montaña: “No estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el vestido pensando con qué os vais a vestir […] No os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos”. Pero ¡qué difícil es vivir así cuando todo el mundo que nos rodea y toda la experiencia de vida nos indica que hay que ser previsores! ¡Qué difícil es vivir así cuando va faltando el trabajo, van cerrando empresa tras empresa, no se llega a final de mes, no se puede pagar la letra de la hipoteca, has conseguido ahorrar 150 € en un mes y se te estropea la lavadora y, al comprarla te gastas, 500 €…! ¡Qué difícil es vivir fiándose de Dios cuando Él no parece tener prisa o, al menos, no tiene la misma prisa que nosotros p0r arreglar las cosas! Y, sin embargo, Jesús y los santos que han experimentado a Dios en sus vidas nos dicen y nos repiten: “Mirad a los pájaros: ni siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? […] Fijaros cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?”

Haríamos muy mal si, al ver a un persona que practica este modo de vida y esta confianza, nos fijáramos en dicha persona y la admiráramos como a un ser extraordinario. Lo extraordinario no es que una persona viva así. NO. Lo extraordinario es comprobar cómo Dios cumple esa Palabra que acabamos de escuchar: realmente Dios alimenta a los pájaros, pero mucho más a nosotros sus hijos. Realmente Dios viste de belleza a los lirios y a las hierbas del campo, pero nos cubre mucho más a nosotros. Y, cuando esto no sucede en el mundo, no es por culpa de Dios, sino del hombre que roba al otro hombre.

El otro día me decía un hombre que vino a hacer dirección espiritual que le había llamado mucho la atención una entrevista que hicieron a Mourihno, entrenador del Real Madrid. Decía él que era muy creyente, que Dios era muy importante para él, que él debía ser un buen tipo, ya que Dios le regalaba tantas cosas: una familia, unos amigos, un trabajo que le gustaba, una salud, unos bienes materiales para cubrir sus necesidades y las de los suyos. Y, al hilo de esta entrevista, me decía el hombre que vino a hacer dirección espiritual que él se sentía también como Mourihno: un privilegiado, pues Dios le regalaba tantas cosas y eso a pesar de que tenía tantos problemas en su trabajo, en su familia, en su entorno…, pero él era capaz de ver la mano providente y misericordiosa de Dios.

Voy a contaros un relato de indios americanos, que enlaza muy bien con todo lo que os estoy contando aquí. Leo: “¿Conoces la historia del rito en el paso de la infancia a la juventud de los indios Cherokee? Cuando el niño empieza su adolescencia, su padre le lleva al bosque, le venda los ojos y se va dejándolo solo. Él tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la noche y no puede quitarse la venda hasta que los rayos del sol brillan de nuevo en la mañana. Él no puede pedir auxilio a nadie. Una vez que sobrevive esa noche, él ya es un hombre. El niño está, naturalmente, aterrorizado. Él puede oír toda clase de ruidos: Bestias salvajes que rondan a su alrededor, lobos que aúllan... Quizás algún humano puede hacerle daño. Escucha el viento soplar y la hierba crujir, sentado estoicamente en el tronco, sin quitarse la venda; ya que es la única manera en que puede llegar a ser un hombre. Por último, después de esa horrible noche, aparece el sol y el niño se quita la venda… Es entonces cuando descubre a su padre sentado junto a él. Su padre no se ha ido, ha velado toda la noche en silencio, sentado en un tronco para proteger a su hijo del peligro sin que él se dé cuenta. Cuando vienen los problemas y la oscuridad en nuestra vida, lo único que tenemos que hacer es confiar en Él. Algún día vendrá el amanecer y lo veremos cara a cara tal cual es. En la noche más negra, recordemos quién es nuestro Padre. Esto mismo nos es recordado por el profeta Isaías con unas palabras bellísimas, que acabamos de escuchar en la primera lectura: “¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré. O también las palabras del Salmo 61: “Sólo en Dios descansa mi alma, porque de Él viene mi salvación; sólo Él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Descansa sólo en Dios, alma mía, porque Él es mi esperanza; sólo Él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré […] Pueblo suyo, confiad en Él, desahogad ante Él vuestro corazón”.

- “Nadie puede estar al servicio de dos amos […] No podéis servir a Dios y al dinero”. Quien no confía y se abandona en Dios como se ha dicho hasta ahora en la homilía, entonces es que confía y se apoya en el dinero, en el mundo, en su fuerza, en sus miedos, en sus títulos, en sus posesiones, en su salud… Y uno que quiere seguir de verdad a Cristo Jesús se apoya y está al servicio sólo de Dios. Para conseguir esto es necesario morir a un mismo y a las propias seguridades.

- “A cada día le bastan sus disgustos”. También dice Jesús en el Padre nuestro: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Vivamos el hoy…, con sus cosas buenas y con sus cosas malas. Si abrimos de verdad los ojos, veremos y percibiremos la presencia de Dios junto a nosotros, como el niño Cherokee. Tantas veces no somos capaces de reconocerlo por la venda que tenemos, por la oscuridad que nos rodea o por nuestros propios miedos y terrores, que nos impiden sentir la cercanía del Padre.

Ya para terminar quisiera aquí leeros algunos trozos compuestos por el Papa Juan XXIII, ya que, como os decía el domingo pasado, vivir así es sobre todo un don y un regalo de Dios, pero también en una pequeña parte un esfuerzo y una tarea nuestra. Veamos ahora cómo Juan XXIII se esforzaba en vivir en el día a día en total confianza con Dios:

“Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida en un momento.

Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.

Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.

Sólo por hoy creeré firmemente –aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.

Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedos de gozar de lo que es bello y de crecer en la bondad”.

Domingo VII Tiempo Ordinario (A)

20-2-11 DOMINGO VII TIEMPO ORDINARIO (A)

Lv. 19, 1-2.17-18; Slm. 102; 1 Cor. 3, 16-23; Mt. 5, 38-48



Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

- En la primera lectura se dice: “Seréis santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo”. Y a continuación se señalan algunas acciones que han de realizar los santos como, por ejemplo, no odiar de corazón al prójimo, aconsejar y reprender al que se equivoca, no vengarse ni guardar rencor, y amar al prójimo como a uno mismo.

En el evangelio, que acabamos de escuchar es todo muy parecido: Jesús nos dice que no hagamos frente al que nos hiere de algún modo. También nos dice que hemos de amar al prójimo, pero no basta con esto: además, hemos de amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian y rezar por los que nos persiguen o calumnian. Y termina Jesús el evangelio como empieza la primera lectura: “Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.

Años atrás se hablaba más de santidad que ahora. Podría parecer que tener fe puede ser cosa de muchos, pero ser santos es sólo para algunos privilegiados, escogidos o ya predestinados a ello. Sin embargo, esto no es así. La santidad es una tarea de todo cristiano, de todo bautizado y a la vez es un don y regalo, que Dios quiere entregarnos a cada uno de nosotros. Tarea y don: regalo de Dios y esfuerzo nuestro. Así se nos dice en las lecturas que acabamos de escuchar, pero también en el concilio Vaticano II se nos dice: “Todos los fieles cristianos, de cualquier condición y estado son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre” (Lumen Gentium 11).

Es muy importante lo que se nos dice en el concilio: 1) La santidad es para todos, y no sólo para unos pocos. 2) La santidad ha de ser buscada por todos los discípulos de Jesús, independientemente de su estado: casado, soltero, célibe, viudo, divorciado. Igualmente da igual que uno sea viejo o joven, esté sano o enfermo, sea rico o pobre, listo o tonto, viva solo o acompañado… 3) No hay 2, 4 ó 10 caminos de santidad. NO. Hay tantos caminos y modelos de santidad como discípulos de Jesús hay en el mundo. No tenemos que imitar a nadie, no tenemos que ir a ningún sitio. NO. Sólo tenemos que dejar que Dios nos muestre cuál es nuestro propio camino de santidad y ser fiel a él. 4) La santidad consiste en ser… como Dios: santo como Dios es santo, puro como Dios es puro, perfecto como Dios es perfecto. 5) Recordad: la santidad es tarea nuestra y don de Dios. Uno no tiene que hacer todo; sólo ha de empezar a caminar y enseguida se encontrará en ese camino con Dios, que le acompaña, que le guía y que le lleva en sus brazos amorosos.

- Sí, pero (insistiréis vosotros)… ¿es difícil ser santo? ¿Es algo irrealizable para la mayoría de nosotros? En el cielo sólo entrarán los que hayan alcanzado la santidad, pues al lado de Dios no puede haber nada oscuro ni impuro. Si esto es así, parece que el cielo es algo inalcanzable para la inmensa mayoría de los que estamos aquí.

Venía yo desde Alemania el lunes pasado y en el avión coincidí con los seguidores de un equipo de fútbol alemán, en el que juega ahora Raúl (exjugador del Real Madrid). Aquellos aficionados venían a ver cómo jugaba su equipo en Valencia. Dejaron su casa, su comodidad, cogieron días de sus vacaciones, se gastaron un dinero, pasaron apuros por no poder entender el español, malcomieron o “maldurmieron”… y todo esto para ver a su equipo favorito durante 90 minutos… y luego vuelta para casa. Podían haber visto el partido de fútbol cómodamente desde sus casas y sin tanto gasto de tiempo, de dinero y de energías.

Algunos de vosotros me diréis: ¿A qué viene este ejemplo de los aficionados alemanes? Pues a que…, si buscáramos y procurásemos nosotros de este modo la santidad de vida, ¡cuán pronto la hallaríamos! “Si buscáis la virtud y la perfección, que es la verdadera sabiduría, con la diligencia y el cuidado que los hombres del mundo buscan el dinero y cavan las minas y tesoros, sin duda las encontraréis” (Prov. 2, 4). ¿Quiénes de nosotros deja unos días libres al año para estar a solas con Dios, para hacer unos ejercicios espirituales? ¿Cuántos de nosotros dejamos un tiempo al día para estar a solas con Dios y con su Palabra sagrada? ¿Cuántos de nosotros tratan de cumplir el evangelio de hoy? Hace ya muchos siglos el abad de un convento en Egipto llegó hasta la ciudad de Alejandría y se encontró con una prostituta. “El abad vio que esta mujer iba muy compuesta y aderezada, y comenzó a llorar y a gemir: ‘¡Ay de mí! ¡Ay miserable de mí!’ Le preguntaron los discípulos: ‘Padre, ¿por qué lloras?’ Y él les contestó: ‘¿No queréis que llore, que veo a esta mujer que pone más cuidado en componerse para agradar a los hombres, que yo para agradar a Dios; veo que trabaja más ella para enredar a los hombres y llevarlos al infierno, que yo para llevarlos al cielo?’” (P. Alonso Rodríguez, Virtudes cristianas, Ed. Testimonio, 51-52). Asimismo se cuenta de San Francisco Javier “que se avergonzaba de ver que primero habían ido los mercaderes al Japón a llevar sus mercancías caducas y perecederas que él a llevar los tesoros y riquezas del Evangelio para dilatar la fe y ensanchar y amplificar el reino de los cielos. Pues confundámonos y avergoncémonos nosotros que los ‘hijos de este mundo son más prudentes y diligentes en las cosas del mundo’ que nosotros en las de Dios” (P. Alonso Rodríguez, Virtudes cristianas, Ed. Testimonio, 52).

- Termino esta homilía con un acto concreto de santidad. Yo he aprendido mucho leyendo a los santos. Ellos me han enseñado, me ha enfervorizado en amor a Dios y a los hombres. Voy a narraros un caso que recuerdo haber leído siendo seminarista, y que me hizo mucho bien. Éste y otros muchos me hicieron anhelar y buscar a Dios y la santidad de vida. Ahí os va el hecho: En la vida de San Juan de la Cruz se nos cuenta que a éste no le importaba humillarse, siendo él el superior del convento, ante un religioso rebelde o desobediente con tal de ganarle para Dios. “Un día reprende (San Juan de la Cruz) a un religioso mozo, ya sacerdote. El reprendido se encoleriza, responde agriamente al prior (a San Juan de la Cruz) y le dice que es un ignorante. Fray Juan se quita humildemente la capilla, se postra, pone la boca en el suelo y permanece así hasta que el exaltado jovenzuelo deja de hablar. Cuando el Prior se levanta del suelo y besa su escapulario, diciendo: ‘Sea por amor de Dios’, el religioso está ya confuso, avergonzado y arrepentido”.

¡Señor, concédeme, por amor a tu Hijo Jesucristo, el don de la humildad para contigo y para con mis hermanos! ¡Concédeme el don de la mansedumbre ante la violencia de los hombres y también ante mi propia violencia e ira! ¡Concédeme el don de la santidad, porque Tú eres santo, y dámela en la misma medida que Tú la tienes, ya que, si Tú no me la das, yo nunca la podré alcanzar!

AMEN

La Lista (Ptr. Pete Wilson)

Lucas 18:9-12
A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

El fariseo se consideraba superior, y por lo tanto, quiere apartarse físicamente de los sucios pecadores de su alrededor, de aquellos que el considera "impuros".
Entonces comienza a orar, pero no es tanto una oración si no una lista de todas las personas que no están en su circulo de ganadores, y el es bastante especifico: ladrones, injustos, adúlteros, y por su puesto, los colectores de impuestos o publicanos, a quienes se consideraba como lo mas bajo en su sociedad.

Ahora bien, esta lista no debería parecerte muy extraña puesto que tu también tienes una. Todos tenemos una lista inédita en nuestros corazones de las personas que, al compararnos con ellas, nos creemos mejores.

Ni pensar de hablar de la lista públicamente, y nos devastaría que alguien la viera, pero la realidad es que la lista esta causando un tremendo daño en nuestra habilidad de vivir en el contexto de comunidad.

Por lo general, nuestra lista de pecados involucra aquellos con los que personalmente no luchamos mucho. ¿Sabes que pecados considero que son los mas despreciables para el corazón de Dios? Aquellos que normalmente no cometo. Aquellos que simplemente no me tientan, o aquellos a los que temo tanto que nunca admitiría, esos son los pecados en mi lista, esos son contra los que hago campaña.

En serio. ¿No es eso lo que hacemos con frecuencia? también lo hacemos en grupo, señalando con nuestros dedos hacia un grupo de pecados "malos" y escogiendo ignorar otros.

En otras palabras, esta bien ser orgulloso mientras no seas un asesino, esa bien ser codicioso mientras no pienses practicar un aborto, esta bien ser poco cariñoso, mientras no bebas.

Dejame ser claro, esta lista de pecados selectivos, y de orgullo y de actitudes criticas son a fin de cuentas destructivas para nuestro crecimiento espiritual. También eliminan cualquier posibilidad de tener comunidad autentica porque es casi imposible apoyarnos y amarnos unos a otros si no podemos admitir los pecados y las luchas en nuestras vidas.  Es imposible recibir amor y apoyo si ni siquiera podemos admitir que lo necesitamos.

¿Ves? No tenemos que leer mucho para darnos cuenta que el fariseo no fue al tempo a orar, en realidad fue a informarle a Dios y a todos los que están allí, lo "bueno" que el e, no esta buscando comunidad con otros, sino busca recordarles a todos lo autosuficiente que es.

Sin embargo en aquel mismo lugar, nos dice Jesus, alguien mas ha venido a orar, un publicano, alguien de la lista de pecados del fariseo.

Lucas 18:13
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

Que contraste entre estos dos individuos, uno esta fanfarroneando sus virtudes escogidas, el otro simplemente es el mismo quebrantado, incluyendo sus pecados escogidos y todo lo demás.

¿Cual de los dos crees que tiene una mejor oportunidad de acercarse a los demás y a sobre todo a Dios?

Ptr. Pete Wilson

¿Como escuchar la voz de Dios? (Ap. Jorge Pompa)

El éxito de un predicador no esta en cuanto el habla si no en cuando el escucha.

Dios solo te va a profetizar si estas dispuesto a accionar la palabra.

Números 11:29 Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.

Si Dios posa su espíritu sobre ellos podrán ser profetas, pero si el espíritu de Dios no reposa sobre ellos no pueden ser profetas.

Números 11:25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.

Puso del espíritu que estaba en Moises; profetizaron y no cesaron, Jehová descendió para hablar (hay que escuchar), y puso el carácter de Moises sobre los 70. 

Si no escuchas la voz de Dios estas imposibilitado en lo profético.

Escuchar = Obedecer la orden. 

A)La necesidad de escuchar.
Dice Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que SALE de la boca de Dios.

La palabra sale esta escrita en un presente permanente, sigue saliendo.

En el desierto lo único que necesitas es la palabra de Dios, y su presencia (todo lo demás no sirve).
1.-Ocupas que Dios te hable.
2.-Ocupas seguir las instrucciones de Dios.

Eres esclavo si dejas de escuchar la voz de Dios, las liberaciones solo vienen de su voz.

Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto Dios les enviaba por el día PAN del cielo (su palabra) y por la noche les enviaba LUZ (revelación). Y estuvieron viviendo así por 40 años. (Logos y Rhemas)

Una iglesia sin palabra ni revelación es una iglesia "faraónica"

¿Para que es la voz de Dios?
Para conocer y hacer su voluntad

¿Que paso con el profeta Jonas?
1.-Dios lo mando a llevar un mensaje
2.-Jonas tomo un barco y se fue al lado contrario
3.-Llego la tormenta (La tormenta es una señal de que vas en dirección contraria)
4.-Los del barco discernieron que algo estaba mal (Recibes lo que para ti es normal)
6.-Lo echaron al agua
7.-Nado en dirección incorrecta (Los profetas suelen ser los mas tercos y orgullosos)
8.-Se lo trago un pez, donde estuvo dentro tres días (Seguía terco, pelando contra la voluntad de Dios)
9.-Hizo una oración de perdon

B)Que cosas nos impiden escuchar a Dios.

1.-Un corazón no perfecto hacia Dios.
2.-Dureza de corazon
3.-Líderes no regenerados
4.-La desobediencia

Ap. Jorge Pompa

La autoridad necesita autoridad para ser destada. (Dr. Myles Munroe)

Como estar sometidos a la autoridad.

Dentro de la Biblia todo se maneja por reino, donde hay un reino hay un rey y una familia real, la estrategia de todo reino es expandir su influencia a un territorio distante. 

España lo hizo con Sudamérica, Portugal lo hizo con Brasil, Francia con Haití, Inglaterra en las Bahamas y el reino de los Cielos busca expandirse a la Tierra. (Venga a nosotros tu reino y hagas tu voluntad en la tierra como en el cielo).

Todos los reinos son ejercidos basados en tres símbolos:
1.-Corona (Poder)
2.-Incienso (Influencia)
3.-Cetro (Autoridad)
Es muy importante tener los tres símbolos de una manera activa, pero el más importante es el cetro, se puede tener corona (poder) y no tener autoridad, yo puedo ser un contador, pero si no tengo la autoridad de llevar la administración de una empresa, no sirve de nada. De igual modo yo puedo tener incienso (influencia) pero si no tengo la autoridad, de nada me sirve. La autoridad es un factor determinante para el reino. Ya que es el motor del reino.

El reino trabaja bajo obediencia, estar bajo autoridad (sometido) es lo más importante para los ciudadanos del reino. 

Un pueblo democrático no trabaja bajo autoridad, si no bajo "cooperación" donde uno satisface sus expectativas y uno coopera mientras le conviene, y bajo un estándar democrático se tiende a cuestionar a las autoridades y poner en tela de juicio su autoridad.

Existen tres estatutos de estar en el reino.
1.-El lugar más importante en la vida, es estar bajo autoridad.
2.-El secreto del éxito es encontrar la autoridad y mantenerse bajo ella
3.-Todo lo que Dios crea debe someterse a algo para funcionar, crecer y prosperar.

Un pez tiene el poder para nadar pero debe someterse al agua.(Un pez nunca trata de salirse del agua, el agua es su autoridad y siempre está en ella, por eso es exitoso, pero nosotros una vez que nos sentimos fuertes y que tenemos algún don, como el de predicar y empezamos a hacerlo respondemos con querernos salir del agua, querernos salir de nuestra autoridad, y en ocacciones es fácil olvidar que la autoridad a la que te sometes es tu vida)
        
Una semilla tiene el poder de producir un bosque pero debe someterse a la tierra.(No importa que tanto trate la semilla de crecer, nunca va a crecer más que su autoridad, un árbol puede crecer mucho pero sus raíces siempre estarán sujetas a la autoridad, no importa la altura, el árbol está sujeto a la tierra, no importa que tan largas sean las ramas, la tierra aun es más grande, si una planta está en una maceta con poca tierra, este árbol solo crecerá a lo que la cantidad de tierra en la maceta le permita, por eso es el replantar arboles. Muchas iglesias tienen ministerios sin raíces, sin autoridad)

Dice en Mateo 16:19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

Dice LAS LLAVES, esto quiere decir que no es solo una, y las llaves fueron creadas para ser usadas, para cerrar o para abrir, y todo lo que cerrares y todo lo que abrieres en la tierra, será impactado en el reino de los cielos.

La llave te da poder, autoridad, acceso, control y libertad sobre la puerta que abres y sobre la que cierras. 

2 Cor 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

Dice EMBAJADORES, Un embajador es un alto funcionario diplomático acreditado ante un gobierno extranjero, o ante una organización internacional, para servir como representante oficial de su país. En el lenguaje común, el término se aplica al representante ubicado en la capital de un país extranjero. El país anfitrión dónde se acredita una embajada, concede al embajador, a las dependencias y algunos semovientes un estatus funcional especial. El estatus especial implica cierta extraterritorialidad sobre la ubicación y dependencias específicas de la llamada embajada, por la que el territorio, personal y vehículos gozan de inmunidad diplomática conforme a normas internacionales.

Un embajador no es que gane más que el presidente(aunque suele ser así), es que tiene un puesto más importante ya que es representante oficial de su país de origen y todas sus necesidades deben ser suplidas.

Un embajador es el país mismo.

El problema de muchos de nosotros es que nos consideramos cristianos, el cristiano es una criatura religiosa, mientras que un embajador es un político.

Dice Lucas 22:29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí.

Te doy un reino, te doy un país, NO UNA RELIGION.

Si eres embajador PEDIR significa que has fracasado, los embajadores no piden al gobierno, eso es un insulto, un embajador recibe sin pedir.

Cuando ores por lo único que debes orar es porque venga el reino en la tierra así como en los cielos, así todas tus necesidades serán suplidas, en el cielo no hay dolor, en el cielo no hay enfermedad, en el cielo hay riqueza.

La palabra "Autoridad" tiene un origen en latín que es "Exousia", tiene siete significados y uno de ellos es: Promoción.

Dios es la autoridad suprema, el promueve a su creación.

¿Que no es autoridad?
No es dominar, no es oprimir, no es gobernar, no es forzar a algo, no es manipular, no es controlar, no es restringir, no es ser un tirano.

Existen dos tipos de autoridades.
1.-Propósito asignado por Dios en la creación.
2.-Someterse al deseo de Dios en la creación, es descrubrir mi propósito y cumplirlo.

La autoridad tiene 4 elementos:
1.-Autor=Fuente de autorización
2.-Autoridad=Ejercer el descubrimiento
3.-Autorización=Permiso de usar la autoridad
4.-Autenticidad=Convertirse en su autoridad (Hacer lo que naciste a hacer)

Si no estás en tu autoridad, lo que haces te va a matar, si lo que haces te causa dolor, estrés, preocupación no es tu autoridad. (El ave está autorizada para volar, está en su autoridad)

Cuando encuentras tu autoridad fluyes de manera natural, te da energía.

Diferencias entre el poder y la autoridad.

El poder es habilidad, pero el poder no es autoridad.
El poder es energía, es fuerza.
Poder sin autoridad es poder ilegal.
El poder necesita autoridad para ser desatado

La autoridad hace al poder legal.
La autoridad es el derecho a usar el poder (la energía y la fuerza).
La autoridad protege al poder.
Autoridad = Área natural de tu don.

La autoridad necesita autoridad para ser desatada

1.-Un oficial de tránsito, es oficial por cuanto usa su uniforme, mientras el tenga puesto su uniforme él puede ejercer su autoridad, su poder  y su influencia.
2.-Nosotros debemos ponernos la armadura de Dios y orar para ejercer nuestra autoridad y ordenar a las promesas que se cumplan.

Como el oficial nosotros no podemos hacerlo sin el uniforme.

Jesús entendía este concepto y se dirigió a la autoridad, en Mateo 3 él se dirige al Jordán para ser bautizado por Juan.

¿Porque hizo eso, si él era Dios?
Para este entonces Jesús tenía 30 años, el sabia quien era, el conocía su poder, el conocía su deidad, el estaba listo para ganar el mundo, tiene todo el poder de la creación en sus manos, sabe quién es su padre, sabe que él es el príncipe de paz, conoce su estado.

Por lo tanto  esta listo, pero él se acerca a Juan ¿Porque?, ¿Quien era Juan?

En Malaquías 3 se anuncia la venida de Juan, como un mensajero que llegaría antes a preparar el camino.

El era hijo de Zacarías e Isabel, era primo de Jesús, y era la autoridad divina y oficial de Dios. La doctrina del rabino Juan era el reino, y Jesús quería estar bajo esa doctrina, quería estar bajo esa autoridad, porque esa era la autoridad de Jesús, ese era su propósito. 

Jesús se somete a Juan, se somete a la autoridad del reino, y él conoció su autoridad desde temprano, el anuncio que al irse vendría alguien después de él, aun más poderoso.

Actualmente existe un gran problema en las iglesias, la gente se cree que es mejor que su pastor, y posiblemente lo sean, posiblemente tengan más experiencia, posiblemente tengan más influencias, posiblemente tengan más conocimiento, posiblemente tengan más poder, el detalle es que ellos no son la autoridad.

Juan sabía que Jesús era más que el. Pero Jesus necesitaba la autoridad de Juan para desatar su autoridad (La autoridad necesita autoridad para ser destada)

¿Que es el bautismo?
Ser o estar en inducción, rendirse a una cobertura, someterse para ser sumergido en las enseñanzas del maestro.

Jesús decidió someterse a esta autoridad para tomar las enseñanzas del reino y fluir en su autoridad. Para estar en la posición correcta (Justicia).

Dr. Myles Munroe





Como tener relaciones fuertes. (Ap. Jorge Pompa)

Hoy en día nuestra vida es un caos porque no sabemos retener las amistades(relaciones).

Existen dos pilares para mantener relaciones fuertes.
El Amoy y la Lealtad

Dice 

Jeremías 5:6 Por tanto, el LEON de la selva los matará, los destruirá el LOBO del desierto, el LEOPARDO acechará sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere será arrebatado; porque sus REBELIONES se han multiplicado, se han aumentado sus DESLEALTADES.

Deslealtad = Rebeldía (Aun peor que la brujeria),  alguien que habla a espaldas de ti, es alguien que se aparta. Son los que abientan la piedra y esconden la mano. (
Aquellos que nunca se someten a las autoridades puestas por Dios.)

Lealtad = Habilidad de no traicionar, de no apartarse,de no renunciar, de no retroceder, de no regresar, de no dar la espalda en momentos de crisis, y  jamas desertar.

¿Donde se prueba la lealtad?

En tiempo de crisis.

"No llames amigo tan pronto a cualquiera que conocieres."

El desleal solo quiere estar bien con la cabeza(autoridades), pero estan mal con el cuerpo. Se esmeran en quedar bien, pero tratan mal a todos los demás, el tipo de amistades condicionadas no valen la pena.

Satanás siempre intentara destruir las buenas relaciones para que no avancen, para que se detengan y no cumplan su propósito en Dios.

Dice
Juan 13:36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.
37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.
38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

Desleal 3 veces, (Pedro era el mas leal, el mas honesto, el mas integro, el mas luchon, el que mas lo defendió)pero lo negó y lo traiciono.

Si no eres leal el manto no puede llegar.

Dice

Juan 18:25 Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy.
26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? (El huerto del eden se hacia real cuando jesus oraba)
27 Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo.

Marcos 14:68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.

Los gallos tienen don profético porque anuncian deslealtad.

Juan 21:15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.

Apacienta mis corderos.

Juan 21:16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.



Pastorea mis ovejas.

Jesus pregunto en agape(amor sin condición) y pedro resprondio en filios(amor reciproco)

Juan 21:17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Apacienta mis ovejas.

Aqui si le dijo te agapo, hasta la tercera vez

Jesus le dejo tres instrucciones: deja de inquietar a mis ovejas, apacientalas, pastorealas, bendicelas y no las dividas, cuida la iglesia, alimenta, deja de lastimar con critica y chisme, cuidalas del Leon, el Lobo y el Leopardo.

Como muestras lealtad? 

Cuidando ovejas.

Y no solo a las ovejas, también le encargo a los corderos(Desleales y torcidos)

Entonces le dio el manto.



Ap. Jorge Pompa

Domingo VI del Tiempo Ordinario

Este domingo que viene estaré en Alemania, por lo que no publicaré la homilía. Si Dios quiere, nos volveremos a "ver" al domingo siguiente.
Andrés Pérez

Domingo V Tiempo Ordinario (A)

6-2-11 DOMINGO V TIEMPO ORDINARIO (A)

Is. 58, 7-10; Slm. 111; 1 Cor. 2, 1-5; Mt. 5, 13-16



Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

En el evangelio de hoy Jesús nos muestra qué es ser cristiano y lo hace utilizando tres parábolas: sal de la tierra, luz del mundo y ciudad visible en lo alto de un monte.

- Voy a basar la homilía sobre la imagen primera usada por Jesús. La sal es un elemento muy familiar a cualquier cultura. Se ha empleado desde siempre para dar sabor a la comida y, hasta la aparición del frío industrial, era prácticamente el único medio para preservar a los alimentos de la corrupción, especialmente la carne. Además, en la cultura judía y bíblica la sal significaba también la sabiduría. De hecho en las lenguas que se derivan del latín los vocablos sabor, saber y sabiduría pertenecen a la misma raíz semántica. Con lo dicho hasta ahora y comúnmente sabido por todos los israelitas, era normal que las palabras de Jesús fueran enseguida comprendidas por todos los que le escucharon. Releemos las palabras del evangelio: “Dijo Jesús a sus discípulos: vosotros sois la sal de la tierra”. Por todo ello, la sal tiene una gran fuerza significativa para expresar la tarea del discípulo de Cristo dentro de la sociedad:

* La sal es sabor. La presencia discreta de la sal en la comida no se detecta; en cambio su ausencia no puede disimularse. La sal se disuelve por completo en los alimentos y se pierde en sabor agradable. Ésta es la condición de la sal: pasar desapercibida, pero actuar eficazmente. Así ha de ser la tarea de un cristiano en el mundo: ser sal de la tierra, sal humilde, fundida, sabrosa, que actúa desde dentro, que no se nota, pero que es indispensable.

* La sal conserva. Sí, la sal preserva los alimentos y evita que se pudran, ya que la sal mata a los gérmenes que pueden dañar tales alimentos. ¡Cuánta hambre ha quitado la sal al haber conservado tantos comestibles, como el pescado o la carne! Así ha de ser el cristiano, como esa sal pletórica de capacidades para conservar la comida para los otros; igualmente el cristiano ha de ser como esa sal pletórica de capacidades para identificar los gérmenes y acabar con ellos, antes de que ellos acaben las semillas de Dios en los hombres.

* La sal significa sabiduría. Antes de la reforma del rito del bautismo auspiciada bajo el Concilio Vaticano II se ponía al recién bautizado un poco de sal en la boca. Con esto se quería significar que el sacramento del bautismo otorgaba el gusto por las cosas de Dios. Sólo gusta de las cosas de Jesús el que es sabio ante Dios.

Es Jesús la verdadera sal de Israel, de toda la tierra, de todo el universo, del pasado, del presente y del futuro. Es Jesús verdadera sal, ya que Él es quien da verdadero sabor a todos los hombres. Suavemente se va introduciendo en el corazón de los hombres y da sentido a sus vidas.

Jesús es verdadera sal, puesto que Él conserva al hombre por entero y no deja que los gérmenes del pecado le destruyan.

Jesús es verdadera sal, que nos da sabiduría eterna y nos da el gusto por las cosas de Dios. Jesús nos da la verdadera sabiduría, nos hace distinguir lo que vale de lo que no vale, lo bueno de lo malo.

- ¿Qué sucede cuando la sal se vuelve sosa y se estropea? Si la sal se volviera sosa, no serviría de nada. La sal… sirve o no sirve. No admite términos medios. Las palabras de Jesús en el evangelio son terribles: “Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente”.

- ¿Soy yo sal de la tierra? Es decir, ¿cumplo con la tarea que Jesús me encomendó de ser sal: dar sabor en los hombres, de preservar y de conservar a los hombres alejándoles del mal, de darles la sabiduría auténtica y eterna?

El otro día me decía un seminarista que le gusta mucho hablar con la gente, escuchar a la gente. Me decía este seminarista que la Iglesia tenía que cambiar en muchas cosas, que la Iglesia no estaba con los tiempos actuales. Me decía este seminarista que, al hablar con la gente y escucharla, le daba la razón a esta gente en muchas cosas, aunque ello fuese en contra del criterio y de la doctrina de la Iglesia. Entonces esta gente aplaudía al seminarista, porque era moderno y tenía realmente los pies en el suelo.

Cuando una persona creyente, sea seminarista, seglar, religiosa o sacerdote, escucha a la gente, a la sociedad que nos rodea, la televisión, la radio o lee los periódicos y sus opiniones son directamente contrarias a la doctrina de la Iglesia… ¿A quién tiene que hacer caso y seguir el creyente: a la gente o a la Iglesia, a la sociedad o a la Iglesia? Esta misma pregunta se la hice al seminarista y le contesté yo mismo la pregunta: le dije que el hombre de fe debía de escuchar a la gente, pero, antes de responder o de tomar partido, tenía que escuchar a Dios. La gente espera de nosotros respuestas de Dios, no respuestas que nos hacen quedar bien con ellos o respuestas que son una repetición de lo que ellos ya piensan.

Hace años leí un libro de una mujer española: Lilí Alvarez. Ella fue una famosa deportista española allá en la primera mitad del siglo XX. Ella era una mujer de fe. Escribió un libro y en una de sus páginas decía que iba a distintos templos a escuchar a los sacerdotes y, cuando no le daban “sal auténtica”: sal de sabor de Cristo, sal de conservación del alimento de Dios y preservación del mal, sal de sabiduría divina, decía ella: “nada, aquí no hay nada”, y se marchaba.

¿Soy sal de la tierra, soy sal de Jesucristo para los demás? Lo seré cuando se cumpla en mí el salmo 111 y la profecía de Isaías que acabamos de escuchar:

- Repartir limosnas y compartir los bienes. Partir el pan con el hambriento.

- Tener caridad para con todos en las palabras, en los gestos, en las acciones.

- No temer las malas noticias, pues nuestro corazón está firme en el Señor.

- Desterrar de mi vida la opresión hacia los otros, las malas palabras hacia los otros.

- Vestir al desnudo…

Que así sea