Un equipo de investigadores de varias instituciones ha desarrollado junto al Centro de Investigación Ames de la NASA un drone biodegradable que podría desintegrarse sin dejar pistas de su existencia. Para ello han fabricado un chasis de micelio (la parte vegetal de los hongos), un elemento que podría deshacerse al instante cuando entrara en contacto con el agua y que permitiría no dejar pistas sobre la presencia de un supuesto drone espía en tierra hostil.
Pero todavía hay mucho que mejorar en este prototipo, ya que hay partes esenciales en el interior del dispositivo que todavía no se pueden fabricar con materiales biodegradables. Sus creadores no se han dado por vencidos, y han utilizado tinta de nanopartículas de plata (que pueden desintegrarse con el chasis) para imprimir los circuitos del dispositivo. El resto de elementos como hélices, rotores y baterías siguen siendo los mismos de un drone actual, así que tendrán que seguir trabajando hasta conseguir el drone espía perfecto.
Fuente: Engadget en Español
