Al final la sangre no ha llegado al río, y el actual máximo dirigente de la sección de telefonía en Samsung, J.K. Shin, seguirá al mando de la sección en contra de lo que apuntaban los últimos rumores. La situación desde luego es delicada, ya que tras sufrir un severo recorte salarial, Shin se enfrenta a una bajada de ventas provocada básicamente por la suave recepción de modelos tan importantes para la marca como el Galaxy S5 o el Note 4, sumado además al buen hacer de fabricantes como Huawei, Xiaomy y Lenovo, que le están comiendo terreno en China.
Aun así, la empresa coreana ha decidido mantener la calma y no desestabilizar la situación manteniendo a los jefes de división. Algunos analistas aseguran que esta medida conservadora se debe a que el actual presidente en funciones, Jay Y. Lee ha preferido no avivar el fuego interno para no alterar a su padre, el presidente Lee Kun-hee, que actualmente se encuentra hospitalizado tras sufrir un ataque al corazón. Por ahora, las tareas de Samsung pasan por reestructurar sus operaciones para reducir excesos y pagar un impuesto de sucesiones de 6.000 millones de dólares por Lee Jr y sus hermanas. Pero tras esta capa de tranquilidad y control, muchos piensan que Shin tiene sus horas contadas, y si las ventas de teléfonos inteligentes y tablets no mejora, se verá de patitas en la calle de un momento a otro.
Fuente: Engadget en Español
