CAJA DE CAMBIOS EN F1. PARTE 2: CÓMO FUNCIONAN


Bueno amigos, si hace algunos días empezamos a conocer algunos conceptos básicos sobre el maravillosos mundo de las cajas de cambio hoy vamos a ir profundizando poco a poco en el conocimiento de sus partes y su funcionamiento.
Los coches de F1 usan una transmisión muy convencional, pero adoptan sistemas de control muy avanzadas para su funcionamiento. La mayoría de las piezas, en mayor o menor medida son iguales a las que pueda  tener cualquiera de nuestros coches de calle pero hay otras que son muy sofisticadas y casi nada se sabe de ellas. Estoy hablando de los sincronizadores, el gran secreto de cada equipo. Pero eso lo veremos luego. Pues nada, abróchense el cinturón que nos ponemos en marcha de nuevo.
En esencia, las transmisiones en la F1 usan un embrague, un cambio manual de siete a ocho velocidades a partir del 2014, que transfiere la potencia del motor a las ruedas traseras a través de un diferencial. La reducción de peso es crítica en estos componentes, ya que es un porcentaje bastante alto del  peso total del coche y sobre todo es importante por su ubicación. Al estar tan atrás altera mucho el centro de gravedad del coche, de ahí que todos trabajen para reducir al máximo su peso.
Ahora vamos a adentrarnos enla caja de cambios para ver sus partes. Hay varios tipos dependiendo de su estructura y funcionamiento. Las hay de dos o tres ejes, automáticos, etc. pero nos vamos a centrar en los utilizados en la máxima competición del motor. Desde la introducción por parte de Ferrari de la caja de cambios semi automática y el posterior desarrollo de Williams de la caja automática semi secuencial, el sistema de control y de gestión  del accionamiento hidráulico que realiza la sincronización de la caja de cambios se ha convertido en algo tan importante como la mecánica. El término semi automática no se debe confundir con los sistemas automáticos utilizados en los coches de calle donde es el ordenador de a bordo quien realiza todos los cambios de marcha sin la necesidad de que el conductor intervenga para nada. En un F1, el piloto realiza la selección de marchas. Esto se hace manualmente pero la realización del cambio es administrado de manera automática por la electrónica y la hidráulica. 
Voy a describir sus partes y si tengo tiempo, su funcionamiento.

Embragues 

Embrague de un F1.
El embrague de un F1 es una pequeña pieza de ingeniería que completa un trabajo increíble de transmitir los 800 caballos de fuerza del tren de potencia a través de la caja de cambios. Con un peso inferior a 1,3 kg y sólo 97 mm de diámetro, el pequeño embrague es torturado cada vez que el piloto lo acciona para comenzar la carrera, en paradas en boxes o salir del garaje. Está montado en la caja de cambios y su función es separa el motor de la transmisión. Se activa únicamente bajo el control del piloto a través de las levas del volante. El encargado de activarlo es el sistema principal de control hidráulico coches.

Está prohibido el uso de ningún sistema electrónico que lo active. Bueno, matizo, hay uno que si está permitido. La única vez que el embrague no es controlado por el piloto y sí por la electrónica que actúa sobre el sistema de control hidráulico es cuando el coche detecta una pérdida de sustentación. Veamos un ejemplo, cuando un coche tiene un incidente en pista y  sus revoluciones son demasiado bajas, antes de que se cale la ECU detecta la caída de revoluciones y activa el sistema antibloqueo. Este sistema es legal. El piloto tiene que reiniciar el sistema con el fin de recuperar el control del embrague. Es tan efectivo que rara vez vemos un coche retirado porque se le ha parado el motor.
En detalle, el embrague se compone  pocos componentes. Usan placas de carbono-carbono, que le permite bien soportar el calor creado a partir de los cambios de marcha y la marcha del coche. Estas superficies de fricción se sitúan dentro de una cesta que las contiene y son las encargadas de producir una fuerza de cierre lo suficientemente alta para asegurar que la potencia del motor se transmite sin deslizamiento. Como vemos, el embrague está desactivado el 99.9% del tiempo, es decir, que sus discos están unidos entre si permitiendo que la transmisión este conectada. Utilizando el ejemplo del artículo anterior, la bombilla está encendida. Recordar que  cuando se pulsa la leva es cuando se activa el embrague y se separan sus discos (luz apagada). Por tanto es fundamental que trabaje bien cuando esta desactivado y de ello se encarga la zona de  placas de carbono y la rigidez del resorte del embrague. Para conseguir un funcionamiento óptimo  se requieren muchas placas o que placas sean más grandes para asegurar el embrague puede soportar las cargas sin muelles que sean excesivamente pesados.


Si la fuerza de sujeción es crítica, su tamaño no lo es menos. El tamaño del embragues  dictar la altura del eje del cigüeñal, y por tanto del motor. Antiguamente, reducido su tamaño ayudaba a los diseñadores de motores a poder bajar la altura del motor lo máximo posible, siempre que el cigüeñal se lo permita. Ahora la altura del cigüeñal F1 está ahora establecido por las normas en 56mm, ya no son necesarios los embragues demasiado pequeños aunque siempre contará con un peso menos en general. Inconvenientes de su tamaño. Como se genera una enorme cantidad de fricción dentro de un espacio tan pequeño hace que el calor sea el gran problema de su diseño. Los discos llegan a alcanzar los 900ºC.
Bueno, una vez repasado el embrague, seguimos con el resto de los componentes. Ahora vamos a adentrarnos dentro de la caja de cambios para ver sus partes. Hay varios tipos dependiendo de su estructura y funcionamiento. Los hay de dos o tres ejes, automáticos, secuenciales, etc. pero nos vamos a centrar en los utilizados en la máxima competición del motor.  En un F1 el tren de engranajes se encuentra en un eje longitudinal entre el embrague y el diferencial. Se hace así ya que le hace más delgado y eso beneficia a la aerodinámica. La caja es secuencial y está constituido por dos ejes un eje primario recibe el par del motor y lo transmite de forma directa a uno secundario de salida de par que acciona el grupo diferencial. Se llama así porque hay que seleccionar las marchas una a una, de modo secuencial, y no se puede saltar de una a cualquier otra como en los coches de calle.Veamos sus partes detenidamente.   



Árbol o eje primario. Es el eje que se conecta con el embrague. Mantiene la misma velocidad y sentido de giro que el motor. A dicho eje se acoplan una serie de engranajes fijos, es decir, están “soldados”. A estas piezas también se las llamadas piñones de arrastre varían de tamaño para coincidir con los que se sitúan en el secundario. Son fijos ya que a medida que el eje gira, también lo hacen todos los engranajes. El dentado es helicoidal ya que presenta la ventaja de que la transmisión de par se realiza a través de dos dientes simultáneamente en lugar de uno como ocurre con el dentado recto tradicional siendo además la longitud de engrane y la capacidad de carga mayor. Esta mayor suavidad en la transmisión de esfuerzo entre piñones se traduce en un menor ruido global de la caja de cambios. En la marcha atrás se pueden utilizar piñones de dentado recto ya que a pesar de soportar peor la carga su utilización es menor. Si la caja es de siete velocidades, tendrá ese número de engranajes.

Árbol o eje secundario. Este eje y está encargado de conducir el giro transmitido por el eje primario al diferencial. Es el más complejo de los dos. Consta del mismo número de engranajes que el primario pero en este caso hay una gran diferencia. Si decía antes que los engranajes estaban fijos, es decir, giraban cuando el eje giraba, los que monta el secundario están sueltos en el árbol gracias a unos cojinetes. De esta forma, yo puedo hacerlos girar pero el eje no lo hará. A este tipo de engranajes también se les llama engranajes o piñones locos. Un ejemplo. Cuando tenemos el coche en la posición de punto muerto, el motor hace girar todos los engranajes del eje primario, y éstos, por contacto hace que giren todos los piñones locos, pero el coche no se mueve. Pero si están sueltos ¿Cómo transmiten la fuerza de giro al eje secundario? De eso se encarga la joya de la corona, el sincronizador.

Sincronizador. Todos los sincronizadores tienen dos funciones principales. La primera es igualar la velocidad del engranaje a la velocidad del eje tal que la conexión pueda realizarse. Normalmente suelen utilizan fricción para sincronizar las partes en contacto pero no es el único.
Para conseguir que el eje secundario gire junto con el motor es necesario que un sincronizador se engrane a un  piñón locos. Esa es su segunda función principal. Este acople se consigue mediante el uso de cubos sincronizadores. Por un lado, los piñones locos presentan en los laterales un elemento que les permitirán unirse al sincronizador que también tiene el suyo propio. Los hay de muchas formas pero suelen ser del tipo macho-hembra o de conos. Pueden ser oquedades, anillos estriados, conos con estrías, etc. dependiendo de la complejidad. Lo veremos posteriormente pero os dejo una imagen que aclara el concepto. Este sería el sistema más simple.

Los pernos del sincronizador (recuadro azul) encajan en las aberturas del piñón loco.


Partes del sincronizador:
Eje secundario estriado. Pieza amarilla, sincronizador.
Estas piezas tienen unos dientes estriados que coinciden con los montados en el eje. Por tanto, si hago girar el cubo sincronizador, giraría el eje. Pero ¿quién le puede transmitir par de giro al sincronizador? Pues "fácil", un piñón loco. Como he dicho antes, los hay de muchos tipos. Los usado en la F1 son un total misterio. Cada equipo cuenta con el suyo propio y son secretos de estado, pudiendo asimilarse al que veremos a continuación que es de doble sincronización, pero ya os digo, no hay nada seguro.
Sobre este cubo estriado situado en el eje secundario,  se monta una corona desplazable, que también es estriada y dos anillos sincronizadores, uno a cada lado. Estas son las piezas clave del sistema ya que son los anillos los que se acoplan a los piñones locos. Pero tanta palabra rara despista al más pintado. Con una buena foto se ve fácilmente.

Toda esta pieza puede moverse lateralmente sobre el eje, tanto a izquierda como a derecha. Cuando la corona del sincronizador se desplaza  a uno y otro lado se produce el engrane de su estriado interior con el de los anillos sincronizadores, y posteriormente con el piñón correspondiente a la velocidad seleccionada. Antes de lograrse el engrane total se produce un frotamiento entre el anillo sincronizador y el cono del piñón que hace que ambos ejes igualen su velocidad de giro entre ambos ejes. Una vez logrado el engrane total se transmite el movimiento desde el piñón al cubo sincronizador, y de éste al eje secundario.
Lo difícil de este sistema es conseguir que la velocidad de giro del piñón loco coincida con el del anillo sincronizador para poder engranar la marcha. 

Otro ejemplo de sincronizador de última generación.
Bien, ya sabemos cómo se conecta el sincronizador a un piñón loco pero aún queda por conocer un elemento, el eje selector de marchas.

¿Qué es el eje o tambor selector de marchas?

Es una pieza muy simple. Como vimos antes el cubo de sincronización se puede desplazar a un lado u otro del eje secundario. Pues bien, el selector de marcha es el encargado de hacer que el cubo se mueva en la dirección correcta dependiendo de la marcha engranada. El eje que tiene labrado en su superficie unos canales. Los cubos de sincro están acoplado a una horquilla que se une a otro eje que se sitúa paralelo al eje selector de marchas.
De la cabeza de la horquilla sobresale un pequeño perno que encaja con el canal situado en el selector esos canales como vemos en la imagen lateral.

El mecanismo es muy sencillo. Si giramos el eje selector produciremos un desplazamiento de la horquilla y por consiguiente, del sincronizador.   

Bueno, pues ya lo tenemos todo. Ahora vemos como se realiza todo el proceso del cambio de marchas.

CAMBIO DE MARCHAS.
Una vez que tenemos cual es la función de cada pieza resulta más fácil la explicación. Vamos a ver como se realiza el cambio en un coche de calle y luego lo haré con un F1.
Partimos de la posición de punto muerto. El piloto acciona el embrague y acciona la palanca de marchas para poner la primera. El eje selector gira y desplaza el sincronizador para acoplarlo con el piñón loco de primera velocidad.. El piloto suelta el embrague y la transmisión se acopla y empieza a girar el eje primario cuando se inicia la aceleración.

Para engranar la segunda, hay que volver a pisar el embrague para cortar la transmisión y levantar el pie del acelerador para bajar las revoluciones del motor. Cuando desengranamos la primera para poner la segunda, el tambor selector gira de nuevo haciendo que el sincronizador se separe del piñón anterior, se ponga en punto muerto y se desplace hacia el lado contrario para acoplarse con el de segunda velocidad. El conductor suelta el embrague, acelera y listo. Así sucesivamente con el resto de velocidades. El sistema es igual siempre.

Bien, en F1 el sistema es parecido pero en esta ocasión el embrague es la gran diferencia. Como en el caso anterior, la potencia tiene que ser interrumpida mientras que el anillo del sincronizador se desacopla de un conjunto de engranajes y para unirse con el siguiente gracias al embrague (solo en las ocasiones antes mencionadas) y a la retirada el acelerador. En un F1, la electrónica es la encargada de cortar brevemente el encendido. 
Cuando el piloto quiere seleccionar una nueva marcha (arriba o abajo), suceden dos cosas a la vez. Por un lado se realiza la selección de la nueva velocidad  y por otro la deselección del engranajes anterior. La electrónica y los ordenadores de a bordo que controlan las cajas de cambios de competición pueden predecir cuál será la próxima selección gracias a los datos procedentes de la aceleración, revoluciones del motor, las ruedas, etc.  y llevar a cabo algunos de los cálculos con antelación y preparar el sistema para la siguiente acción. ¿Quién se encarga de todo? El cerebro del F1, la ECU. Un error de cálculo pequeño y el equipo podría tener un problema.



Cuando el piloto decide utilizar otra marcha, el sistema electrónico ya tiene decidido el calendario del tambor selector y el accionamiento del embrague, junto con el corte del encendido para cambios ascendentes y lo contrario, el aumento de revoluciones para el descendente. Esto asegura que la secuencia necesaria para introducir la siguiente marcha sea la correcta para la velocidad de giro del motor y evitar posibles errores (es decir, poner la primera marcha cuando se va toda velocidad en segunda). En lugar de depender de la fricción de los sincronizadores, o el controlador para gestionar la velocidad del motor, la ECU, ya sea modificando el encendido o bajando el aporte del combustible al pistón, asegura que el proceso de engranaje puedan  girar a la velocidad correcta y se puedan acoplar. Hay métodos que dejarían a 0 el tiempo de intervalo entre cambio  de marchas que en un F1 es de 0.3 seg. Son los sistemas de doble embrague pero están prohibidos por la FIA. 
Bueno amigos, aquí dejo el tema. Seguramente haga un tercer artículo sobre la relaciones de cambio y dejar el tema zanjado, pero eso será otra historia.




 



!GENIAL!

Os dejo esta animación. No necesita comentarios, es simplemente !genial!.

Homilías semanales EN AUDIO: semana II de Adviento














CAJA DE CAMBIOS EN F1. PARTE 1: CONCEPTOS BÁSICOS

Bueno amigos, hoy iniciaré una serie de artículos muy interesantes sobre una pieza del coche que hasta hace poco era un misterio para mi. La verdad es que llevaba tiempo queriéndolo hacer pero pensando en la complejidad nunca terminaba de arrancar. Ya llegó el momento. La curiosidad me mataba y me puse manos a la obra en la investigación y por fin lo tengo listo. Hoy quiero hablar de las cajas de cambios.
Lo dividiré, como suele ser costumbre para que no sea tan tedioso y se pueda asimilar fácilmente. Empezaré con conceptos básicos para posteriormente centrarme en los sistemas utilizados en competición. Así que, abrocharon el cinturón que arrancamos.

Qué es una caja de cambios:
Como bien sabéis, la caja de cambios o caja de velocidades  es el elemento encargado de obtener en las ruedas el par motor suficiente para poner en movimiento el vehículo desde parado, y una vez en marcha obtener un par suficiente en ellas para vencer las resistencias al avance. De no existir, el motor sufriría mucho para poner el coche en marcha y cuando estuviera acelerado, una simple cuesta sería suficiente para calarlo.
Esta pieza suele estar sitúa detrás del motor y se une al volante de inercia gracias al embrague para formar lo que se llama eje de transmisión junto al diferencial y los palieres.
 

En este punto, quiero dar un apunte sobre dos conceptos que serán de vital importancia para futuras explicaciones. Por un lado el embrague y por otro el par motor. Vamos con el primero.

Embrague:

Para aquellos que tengan bajo conocimientos de mecánica y no lo conozcan les pondré un ejemplo fácil para saber cuál es su función. Yo compararía  al embrague  con un interruptor eléctrico. Cuando lo acciono, interrumpo la corriente eléctrica y se apaga la luz. Cuando lo libero, se cierra el circuito y se enciende la bombilla. Pues eso, el embrague es un dispositivo que, accionado por el pedal o por una maneta del volante  en el caso de un F1, "separa" el motor de los restantes componentes de la transmisión. Esta pieza es fundamental y sin ella no existiría los coches actuales ya que sería imposible realizar los cambios de marcha ya que los componentes internos del motor, mientras está encendido nunca deja de girar.  No voy a adentrarme mucho más en esta pieza ya que por sí sola merece un artículo pero si quiero dejar claro un aspecto, a pesar que las diferencias entro los coches de coches de calle con cambio manual o automático comparados con los utilizados en la F1 son muchas, el embrague juega la misma función en todos aunque es las máquinas de competición su utilización es mucho más limitada. Un piloto de F1 solo tiene que accionar el embrague cuando el coche va a detener su marcha totalmente o quiere salir de su estado de reposo, es decir, en las salidas, tanto de carrera como en las paradas de boxes. Esa es la gran diferencia. El 99% de los cambios de velocidades que se realizan cuando un formula esta rodando no interviene el embrague. ¿Cómo lo hacen? Os dejaré intrigados hasta el próximo artículo.

Par motor:
El par motor o torque es el momento de fuerza que ejerce un motor sobre el eje de transmisión de potencia. La potencia desarrollada por el par motor es proporcional a la velocidad angular del eje de transmisión. ¿Queda claro? Para nada, sonará a chino ¿verdad? Véamelo de manera más sencilla.
Para entender qué es el par, hay que comprender es la fuerza. Lo haré con ejemplos.
Fuerza: Pues bien, la fuerza es un concepto físico. Usamos la fuerza para mover objetos o para movernos nosotros mismos. Para que un objeto como un automóvil se mueva, hay que aplicarle una fuerza (empuje) determinado. Si yo empujo al coche desde el maletero éste empezará a moverse hacia delante. Por tanto las fuerzas siempre mueven objetos. Clarito verdad?

Pues bien, empezamos a meternos en el motor.
Par: El par, no es más que una fuerza rotacional… es decir, una fuerza con un sentido de giro circular y a una distancia determinada. Hablando en cristiano, es la misma fuerza que antes expliqué, pero en vez de hacerla en línea recta (empujando algo o tirando de una cuerda) se realiza sobre algo que gira, por ejemplo la maneta de una puerta, o en los pedales de la bicicleta. Dentro de un motor hay muchas cosas que giran. Los componentes internos del motor (pistones, bielas, etc) cuando está encendido, ejercen una fuerza sobre el eje (cigüeñal) para que este gire. La magnitud de esa fuerza es el par motor.
Una vez que tenemos claro que el par es una fuerza con un sentido de giro. ¿Por qué tiene tanta importancia? Esto es fundamental, básico para comprender lo que viene después.  Dependiendo de las revoluciones, el motor tiene más o menos fuerza para hacer girar al cigüeñal.  Esta fuerza que hace girar el motor será transmitida a las ruedas en forma de movimiento circular. Cuanto más fuerza, más giros, más aceleración.
Ahora entra en escena la potencia… ¿Qué narices es?
La potencia es una relación matemática entre el par y las revoluciones. Solo es una multiplicación del par x giros, es decir la fuerza que hace el motor junto con las revoluciones que llega a alcanzar. El ejemplo práctico es el ciclismo. Para subir por una pendiente, necesitamos una potencia determinada y tenemos dos opciones, plato grande o plato pequeño. Si ponemos plato grande, tendremos que hacer mucha fuerza, pero daremos menos vueltas a los pedaléeles. Sin embargo, si ponemos plato pequeño, tendremos que hacer menos fuerza, pero mucho pedaleo. Al final el resultado es el mismo, tendremos la misma potencia pero con distinta formula. El primer caso, más par y menos revoluciones o bien el segundo, menos par y más revoluciones.
Espero que hasta aquí esté todo más o menos claro. Seguimos. Como hemos visto, la potencia del motor está relacionada con las revoluciones y esa respuesta no es lineal. Para verlo fácilmente, os enseño una curva de potencia de par, en realidad, reflejan lo mismo: la capacidad de entregar potencia de un motor en toda su gama de revoluciones.
Es una gráfica en la que están representadas, de forma escalonada, las revoluciones por minuto de motor y el par que rinde durante todo su régimen. En los motores de combustión, la curva de par empieza siendo ascendente hasta llegar a las rpm donde el motor rinde el par máximo. A partir de ese momento, el par comienza a disminuir progresivamente.
Y os preguntaréis. ¿Qué tiene que ver todo esto con las cajas de cambio? Pues es fundamental ya que indica el punto donde es idóneo realizar el cambio de marcha. En el caso del CDTI vemos que es a partir de 3500 Rpm. Si exprimimos más el acelerador, solo conseguiremos gastar más combustible y forzar el motor pero no obtendremos beneficio alguno.
Por tanto, al realizar el cambio de marchas se produce una variación en el número de revoluciones de giro del motor. Si aceleramos y alcanzamos las rpm más altas,  pisamos el embrague, desconectamos la transmisión un instante, introducimos la siguiente velocidad  y  soltamos el embrague para volver a conectarla, el motor baja su régimen de giro generando más par, y por ende, más potencia. Toda reducción de la velocidad de giro (RPM) implica un aumento de par en la misma proporción. Esta es la razón de ser de las desmultiplicaciones de la caja de cambio en velocidades, reducir la velocidad de giro para ganar par.
Veis ahora la importancia de lo explicado.
Antes de describir los componentes y el mecanismo que permite el cambio de velocidad que lo veremos en el siguiente artículo, voy a dar un repaso general a la cajas de cambios utilizadas en la F1. 

Aspectos generales:
Una caja de cambios F1 es un miembro plenamente recalcado del chasis. A diferencia de los coches de calle que solo tiene la función propia de dicha pieza, contener y hacer funcionar los engranajes de las marchas, en un F1 su función es más compleja ya que sirve de punto de anclaje a través del cual, los brazos oscilantes traseros y amortiguadores están unidos al coche. La estructura de choque trasero se monta también en la caja de cambios. Debido a que la caja de cambios está situado relativamente alto en el chasis, de lastre está fijado a la cara inferior de la caja para mejorar el centro de gravedad global. Como es de imaginar la caja de cambios es increíblemente robusta, y los equipos optan por una gama de materiales que va desde la fibra de carbono al titanio, aluminio y magnesio, solos o mezclados. Cada vez son más ligeros y estilizados para interferir lo menos posible en la circulación de aire en el tren trasero.

Caja de cambios con las suspensiones montadas.
En las últimas temporadas, el diseño de cajas de cambios de F1, y en particular el método por el cual la selección de marchas se lleva a cabo, se han convertido en los secretos del equipo debidamente protegidas. Secretos y bien secreto ya que, a pesar de tener un concepto global muy similar a los utilizados  en los coches hay un hermetismo total sobre el tema de muy, sobre todo en una pieza en concreto, los sincronizadores, el secreto más guardado por todos. El mayor esfuerzo se centra en realizar lo más rápidamente posible el cambio y para ellos todos los equipos utilizan el sistema “Seamless” o cambio sin fisuras.
 
Pocas veces los ingenieros que  trabajos de esta nueva generación de cajas de cambio  han facilitado información y evitan ser preguntados por ellas. Por esa razón, es sumamente difícil determinar la información en lo referente a cómo los cambios se pueden hacer con una pérdida mínima de potencia, mientras que al mismo tiempo suavizar los picos de par a través de la transmisión si no utilizan embrague. Poco a poco se fueron conociendo.
Pero ¿Por qué tiene tanta importancia disminuir el tiempo en el que se realiza el cambio? Bien, como hemos dicho, cada vez que se pisa el embrague el motor se desconecta de la transmisión para permitir que la nueva marcha se accione. Durante ese instante el coche deja de acelerar y va en punto muerto con la consiguiente pérdida de rendimiento. Pero ese no es el principal problema.
Tenemos por un lado una fracción de segundo que el motor no envía la potencia a las ruedas, pero el coche sigue andando y sigue padeciendo la resistencia aerodinámica. Este drag es tan grande que el coche está realmente desacelerando. No se olvide que la valores de fricción de un coche de F1 son muy altos para generar mucha carga aerodinámica (entre 0,65 a 0,85 Cx  teniendo los coches de calle valores por debajo de 0,30 Cx). ¡El drag aumenta con el cuadrado de la velocidad! Esto significa que durante la realización de un cambio, por ejemplo, de la sexta a la séptima la desaceleración transitoria es equivalente a frenar lo suficiente para bloquear las ruedas de un coche deportivo de carretera  de gama alta.
De ahí que todos toman tantas molestias para minimizar esos pocos milisegundos finales en los que el coche no se está acelerando a toda potencia.
Hasta ahora, las cajas de cambios en la F1 constaban de siete velocidades y disponían los equipos de 30 configuraciones de cambios para toda la temporada. Eso va a cambiar y para el año que viene podrán dispones de cajas de ocho velocidades y una sola configuración de cambio para todo el año. 
Bueno, hasta aquí por hoy. Próxima cita, componentes internos y funcionamiento, pero eso será otra historia.
PD: Os dejo este vídeo que resulta muy ilustrativo para conocer todos los elementos de la transmisión.

Fuentes: wikipedia. dobleembrague.wordpress.com, minimoto.es, aula365

Domingo III de Adviento (A)



15-12-2013                             DOMINGO III ADVIENTO (A)
Homilía en vídeo. HAY QUE PINCHAR EN EL ENLACE ANTERIOR PARA VER EL VIDEO.Homilía de audio en MP3 Queridos hermanos:
            Estamos ya en el tercer domingo de Adviento. Se le llama el domingo de la alegría. Es la alegría de saber que Dios está cerca. Dios viene a nosotros.
            En estos días se acaba de hacer público un escrito del Papa Francisco. Él lo titula así: ‘Evangelii gaudium’, que significa ‘la alegría del evangelio’. Si me permitís, voy a comentar en esta homilía algunos trozos de la Exhortación Apostólica del Papa, ya que viene muy bien con lo que celebramos en este día.
* Empieza así: LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría (n. 1). Sí, una de las características de la fe en Dios es la alegría. El creyente es una persona alegre. Ya sabéis lo que dice el refrán: ‘Un santo triste, es un triste santo’. Lo cuento muchas veces: cuando Teresa de Calcuta vino a fundar una casa de religiosas en Madrid hacia 1984, bajaba del avión en Barajas y por todo equipaje llevaba una bolsa de plástico, del tipo de cualquier supermercado en el que compramos nosotros. Los periodistas le preguntaron: ‘¿Es Vd. feliz, Madre Teresa?’; a lo que ella contestó: ‘¿Es que no se me nota?’ Sí, tiene que notársenos a nosotros la alegría de la fe, de saber y experimentar que Jesús está con nosotros.
* Sigue diciendo el Papa: El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo[1], es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida (n. 2). Es cierto que la tristeza, el malhumor, la queja constante nos rodean y nos aplastan. Pero no hemos de dejarnos vencer por ello. Es difícil no entrar en esta espiral, pero hay gente que lo logra. Os voy a poner un ejemplo: “Hace ya unos años, era verano, un niño entró en una heladería y se sentó en una mesa. La dependienta se acercó a él y el niño le preguntó: ‘¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?’ La dependienta le contestó: ‘Cincuenta céntimos’. El niño sacó su mano del bolsillo y examinó las monedas que tenía. ‘¿Cuánto cuesta un helado solo?’, volvió a preguntar. Algunas personas estaban ya esperando por una mesa y la dependienta un poco impaciente le contestó bruscamente: ‘Treinta y cinco céntimos’. El niño volvió a contar sus monedas y dijo: ‘Quiero un helado solo’. La dependienta le trajo el helado, le puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó su helado, pagó y se marchó. Cuando la dependienta volvió para limpiar la mesa, le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco céntimos… su propina”. Este niño no tenía más que cincuenta céntimos; este niño quería tomar un helado, pero también quería dejar una propina a la dependienta; este niño no se echó para atrás de su decisión por el ‘mal café’ de la mujer; este niño no permitió que la impaciencia ni la brusquedad de la dependienta le contagiara; este niño quería hacer el bien y lo hizo independientemente de lo que encontró a su alrededor o del mal que quiso mancharle y hacerle entrar en la espiral del mal. Si Dios nos dio la alegría, la fe, la paciencia, el amor a los demás…, no podemos permitir que el mal que nos rodea se apodere de nosotros. Dios es más grande que el mal.
Pero el Papa Francisco no es ningún ingenuo. Él sabe de las dificultades que tiene la vida: “Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias” (n. 6). “Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse” (n. 7).
* ¿Dónde encontramos los cristianos la fuente de esta alegría y la fuerza para no permitir que el mal nos venza? Nos lo descubre el Papa Francisco: “No me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: ‘No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva’. Sólo gracias a ese encuentro –o reencuentro– con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad” (nn. 7-8). Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo [...] No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque ‘nadie queda excluido de la alegría entregada por el Señor. Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: ‘Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores. ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia […] Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría(n. 3). Sí, la alegría verdadera la encontramos en Dios, en Jesús, y no en las cosas materiales que nos rodean.
            Por eso, os propongo para esta semana que hagamos todos unos compromisos de este testimo­nio de alegría y de esperanza en Cristo y en los hermanos. Pueden ser los siguientes:
            * Saber ver el lado bueno de las personas, de las cosas y de los acontecimientos.
            * Saber decir cosas buenas y agradables a los demás.
            * Sonreír a todos.
            ¡¡Que Dios nos ayude a llevar a cabo estos compromisos!!


[1] Decía un periódico el 11-12-13: Un hombre se quita la vida después de cinco horas de compras con su novia. “Los hechos ocurrieron en China. Habían pasado cinco horas de compras y Tao Hsiao, de 38 años, le dijo a su novia que no quería seguir comprando. Varios testigos han explicado cómo el hombre le decía a su novia que ya tenían ‘más bolsas de las que podían cargar’, pero ella insistió en entrar en una tienda en la que había una oferta especial de zapatos. ‘Él le dijo que ya tenía bastantes, más zapatos de los que podría usar en toda una vida por lo que era inútil seguir comprando. Ella comenzó a gritarle, acusándole de ser un tacaño y de echar a perder la Navidad’ (¿?). La discusión terminó cuando él, desesperado, tiró las bolsas al suelo y saltó desde uno de los balcones del edificio”.