Domingo del Corpus Christi (A)

25-5-08 CORPUS CHRISTI (A)

Dt. 8, 2-3.14b-16a; Slm. 147; 1 Co. 10, 16-17; Jn. 6, 51-58




Queridos hermanos:
Quisiera en la Eucaristía de hoy explicaros algunos de los ritos que hacemos dentro de la Misa y su significado. Estamos tan acostumbrados a estar en Misa, a oír Misa, a celebrar la Misa, que quizás no sabemos o no nos preocupamos por profundizar en lo que hacemos. (Visto desde afuera y desde los ojos de una persona que nunca haya presenciado nada parecido, dirá que hay un lugar en donde aparece un hombre vestido de faldas, que habla casi todo sólo él, que la gente se levanta y se sienta, que algunos cantan, que algunos farfullan no sé qué y, al final, que el de las faldas come y bebe algo, él sólo, y que algunos de los que se sientan y se levantan también van a comer algo, pero beber, no beben).
La Eucaristía tiene cuatro partes fundamentales:
1) Ritos iniciales de la Misa
- Al comenzar, el sacerdote venera el altar con un beso; altar donde Cristo va ser sacrificado, altar que contiene reliquias de mártires y de los santos.
- En nombre de la Trinidad se comienza la Misa: “En el nombre del Padre...” (Con tres dedos y dos dedos
à Sta. Inés).
- El sacerdote saluda: “El Señor esté con vosotros”. Existe un diálogo con los fieles. El sacerdote en ese momento es Cristo y saluda a sus hermanos. El Sacerdote es también un fiel cristiano y a la vez hace presente a Cristo.
- Acto penitencial, reconocimiento de nuestro ser pecadores (perdón de los pecados veniales).
- Gloria, himno compuesto por los cristianos del siglo II. Tiene la estructura trinitaria.
- Oración colecta, se recogen en oración los sentimientos de la asamblea.
2) Liturgia de la Palabra
Con la Palabra se instruye al Pueblo: revela la salvación y hace presente al Señor. Y el Pueblo en diálogo acepta esta palabra (“Palabra de Dios”
à “Te alabamos, Señor”).
- Domingos y festivos. 1ª lectura del A.T., salmo responsorial, 2ª lectura N.T., evangelio. Importancia de leer bien, que se entienda, no leer rápido, preparar las lecturas: (“trazan sendas por el mar”, “tu mujer como parra fecunda”, “grito estentóreo”, “Espíritu Paráclito”).
- Homilía: instrucción del Pueblo y aplicación a su vida diaria. Ha de ser preparada y orada.
- Credo. Fórmula trinitaria. Creo en Dios, Padre todopodero­so (¿por qué no acaba con las guerras? y, sin embargo, Dios es todopode­roso) Credo no es recitar mecánicamente, es poner todo mi ser en ello. Creo en Jesús encarnado, nacido, muerto, resucitado para nuestra salvación. Creo en el E.S. Creo en la Iglesia (S. Cipriano "no puede tener a Dios por Padre, quien no tiene a la Iglesia como madre"). Creo en la comunión de los santos (vivos, difuntos [funerales, aniversa­rios, de otro modo no tiene sentido orar por ellos], los del cielo). Creo en la resurrección de los muertos.
- Oración de los fieles, donde se pide por nuestras necesi­dades, las de la Iglesia, las del mundo, no sólo por mis cosas. Senti­do de la catolicidad (universalidad).
3) Liturgia de la Eucaristía
- Colecta dineraria, signo de comunión y de amor mutuo. Para atender las necesidades de la propia comunidad.
- Ofertorio: Se presentan pan, vino, nuestras propias vidas y personas. El agua en el vino recuerda el agua que salió del costado de Cristo junto con la sangre.
- Prefacio: es alabanza al Señor y acción de gracias. Es nuestro deber y salvación darte gracias y glorificarte. Y termina con el Santo, canto de alabanza recogido de los labios entusias­tas de los israelitas en Jerusalén.
- Plegaria eucarística. Importancia de que el sacerdote lea despacio las oraciones, y no a las carreras o de modo rutinario. Hay varias plegarias eucarísticas. ¿Cuántas Misas habéis escu­chado? ¿Cuántas Misas habéis celebrado? Una. Sólo hay una Misa, la que Jesús hizo con los apóstoles el Jueves Santo, antes de sufrir la pasión. Cristo nos hace presentes en aquel momento, o se hace él presente junto con los apóstoles en nosotros. Cristo entregó su vida, su carne, su sangre… sólo una vez. No es teatro lo que hacemos nosotros de una cosa que sucedió hace casi 2000 años. Verdaderamente somos transporta­dos a aquel momento de un modo misterioso. Vamos a seguir el modelo de la 2ª plegaria para explicar su contenido:
* El es fuente de santidad, no nuestro esfuerzo.
* El E.S. por las manos del sacerdote acude.
* El sacerdote presta a Jesús los labios, la lengua, la garganta para las palabras de la consagración.
* "Tomad y comed", no "Tomad y ved como come el cura".
* Cuerpo entregado, despedazado por nosotros. Sangre derramada por nosotros para el perdón de los pecados.
* “Haced esto en memoria mía”. Acudir a la Eucaristía es mandato del Señor. Por eso, quien no quiere ir a Misa o la "pira", reniega de este deseo de Cristo, “pasa” de su Palabra, “pasa” de su Cuerpo que da vida, “pasa” de los demás cristianos.
* “Este es el Sacramento de nuestra fe”, algo incomprensible: Dios está realmente presente en un poco de pan y un poco de vino. “Ven, Señor Jesús”, es la respuesta del cristiano.
* Después se hacen algunas súplicas: que el E.S. una a los fieles, porque muchas veces hay gente que comulga al mismo Cristo, y no se traga. Eso es un sacrilegio.
* Se pide por toda la Iglesia, por los difuntos, se pide la intercesión de María, de los apóstoles, de los santos. Y se da la gran aclamación (doxología) final con estructura trinitaria (
“Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”) y se termina con el “Amén”.
4) Ritos de la comunión. Para comulgar se preparan los fieles con varios ritos.

- Padre nuestro, la oración de Jesús.
- La paz que nos es ofrecida por Cristo y nosotros la com­partimos. Caso de Adolfo Suárez, al que se le negó la paz. ¿Dónde estamos? ¿Qué clase de fe y de cristianismo es el nuestro? Esto está recogido en el mandato de Jesús: "Si al presentar tu ofrenda sobre el altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda delante el altar y vete a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a presentar tu ofrenda" (cfr. Mt 5, 23-24).
- Fracción del pan. Así se llamaba antes la Misa (Hch. 2, 42). Reproduce el gesto de Jesús al partir el pan y repartirlo entre sus discípulos (Lc. 22, 19). Partir el pan y repartirlo, signo de amor y comunión.
- Invitación a la comunión. Este es el Cordero de Dios, y contestación del centurión romano: “Yo no soy digno...” Nunca seremos dignos, salvo que Cristo mismo nos cure.
- Comunión. Se comulga a Cristo entero, no simplemente un trozo, aunque sólo sea el cuerpo y no la sangre.
- Saludo final y bendición, también trinitaria.