Domingo III de Cuaresma (B)


11-3-2012 DOMINGO III CUARESMA (B)

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Ya estamos en el ecuador de este tiempo de Cuaresma: * tiempo de prepara­ción para celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesús; * tiempo de prueba en el que tenemos que despren­dernos de tantas cosas que no son Dios para que Él pueda habitar en nosotros; * tiempo de conversión, es decir, de abandono del pecado y de crecimiento en santidad.
Hoy la primera lectura nos propone un camino por el que podemos llegar al Padre. Este camino lo han practicado antes que nosotros los israelitas, ya que les fue dado a ellos primero: Son los diez mandamientos. Muchas veces los hemos reducido a sólo dos: no robar y no matar, pero son diez. Vamos a leerlos otra vez (daré unas simples pinceladas a cada mandamiento):
- “Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí”. Es un Dios cercano: ‘¡Dios mío, mi Dios!’ Pero es un Dios celoso: Sólo Él. Ni el dinero, ni el poder, ni el tabaco, ni la comodidad, ni la familia, ni el trabajo, ni uno mismo pueden estar por delante de Él.
- “No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso”. Ni en juramentos, ni en blasfemias, ni en chistes, ni en cabreos, etc. (Hace unos días llegó a casa una niña del catecismo de preparación de la 1ª Comunión. Allí le dijeron que Dios era Padre, que cuidaba y se preocupaba de todos. Esto se lo dijo la niña a su padre, no creyente, y éste le respondió: ‘Pues si Dios es tu padre, que te dé él de comer’) ¡Que su nombre sólo sea usado para bendecir, para rogar, para agradecer!
- “Fíjate en el sábado para cumplirlo”. Ahora Jesús nos ha dejado el domingo. Día de descanso, día de entrega al Señor y a la familia; día de la santa Misa, día de mayor tiempo de oración, día de obras de misericordia, día de visita a enfermos. Como dicen los sociólogos: ‘Una religión que no se practica, desaparece’. Sí, desaparece de nuestra vida. Es como si la arrancáramos de nuestro ser.
- “Honra a tu padre y a tu madre”. Frente a tantas familias rotas. Frente a casas donde, más que hogares familiares, parecen pensiones donde se come, se ve la TV, se tiene la ropa limpia y cada uno va a su rollo. Este mandamiento nos pide trabajar por la unidad y el amor en la familia, orar para que nuestra familia sea como la Sgda. Familia de Nazaret. ¡Cuánto cambiarían las cosas si todos intentásemos amar más en nuestra familia!, pero sin convertirlo tampoco en un coto cerrado.
- “No matarás”. Se mata demasiado fácilmente en nuestra sociedad: a los cónyuges o a las parejas, ahora tantos muertos en Siria, abortos… Pero hay otras clases de asesinatos: el desprecio con que tratamos a los que nos caen mal, los insultos en la familia o fuera de ella (caso de discusión automovilística en que uno se paró y se puso a discutir con otro, y los demás conductores, que no podían pasar, les pitaban, daban voces y blasfe­maban contra los dos primeros). Esto también es matar.
- “No cometerás adulterio”. Antes se hablaba con mucha frecuencia del tema del sexo en las iglesias, ahora casi nunca. En este “no cometerás adulterio” se ha de englobar el sexto y el décimo mandamientos, es decir, la totalidad de la sexualidad humana. Se atenta contra estos mandamientos por la lujuria, la masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución, la violación y el adulterio. Sobre esto último quisiera aclarar algunas ideas: * se da el adulterio cuando un hombre o mujer casados engañan a su cónyuge con otra persona. * Y, si se separan y se casan por lo civil o conviven maritalmente con otra persona, cometen adulterio, porque siguen vinculados por el primer matrimonio. * Y, si el cónyuge engañado o inocente de la ruptura matrimonial se va con otro o con otra, comete a su vez adulterio contra su matrimonio cristiano. Dios sigue siendo fiel a la palabra dada por los esposos y por Él mismo el día de su boda primera. * Cuando nosotros decimos: ‘Sí, debes rehacer tu vida’. En realidad, lo estamos empujando al adulterio. Si nos parecen duras estas palabras, más riguroso fue el mismo Jesús cuando dijo: “Habéis oído que se dijo: ‘no cometerás adulterio’. Pues yo os digo: ‘todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt. 5, 27s).
- “No robarás”. Robar es apropiarse de lo que pertenece a otra persona o institución. Robar es no dar al otro lo que le pertenece (salario justo). Robar es no entrar/salir a la hora del centro de trabajo. Robar es no usar bien el tiempo que Dios me ha dado en favor de los demás. Robar es coger tijeras o tiritas o papeles en la empresa donde trabajo. Robar es… caso de las alfombras en Pryca.
- “No mentirás”. Mentimos por aparentar otra realidad. Mentimos porque hemos hecho un mal y para que no nos riñan. Nos justificamos demasiado con las mentiras piadosas. Estamos en la sociedad de la mentira y de la apariencia: no nos lo podemos permitir (económicamente hablando), pero vamos a este restaurante o celebramos la boda o 1ª Comunión con este cubierto, o cam­biamos de coche... No estamos en la verdad y la mentira nos atrapa como una tela de araña que, cuanto más nos movemos en la falsedad, más nos enreda y más difícil es salir de ella.
- “No codiciarás los bienes de tu prójimo”. Codicio y deseo el trabajo del otro, el novio-marido-novia-mujer-hijos-físico-carác­ter-ropa-coche-vacaciones-suerte-salud-juventud-etc. del otro Si me con­formara con lo que tengo, con lo que Dios me ha dado, con lo que soy y como soy… sería más feliz.