Domingo de Ramos (C)



24-3-2013                               DOMINGO DE RAMOS (C)

Homilía del Domingo de Ramos (C) from gerardoperezdiaz on GodTube.

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            En el evangelio que hemos escuchado justo antes de la bendición de las palmas se nos decía: “Y cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la masa de los discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto, diciendo: ‘¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en lo alto!’” Sí, los discípulos de Jesús estaban entusiasmados, y gritaban y cantaban llenos de alegría.
            También en estos días, concretamente desde el 18 de febrero, en la Iglesia católica están pasando unos acontecimientos muy especiales, que nos están entusiasmando a los católicos y a los no católicos:
- El 18 de febrero todo el mundo conocía que el Papa Benedicto XVI renunciaba al Papado con aquellas palabras hermosas, que ya hemos leído aquí: “Para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado…” Este anuncio causó una gran conmoción en todo el mundo. Sí era noticia mundial que alguien no se aferraba al poder; que alguien, que sabía de sus limitaciones y, para no causar daño a la Iglesia que tanto amaba, se hacía a un lado; que alguien pensaba más en los demás que en sí mismo. Desde entonces, al menos, en España se han escrito o comentado este hecho de Benedicto XVI y se le ha puesto como modelo ante, por ejemplo, los políticos españoles que raramente renuncian a sus puestos.
            - A continuación resulta elegido un nuevo Papa, Francisco, el cual, enseguida, empieza a actuar con naturalidad y sencillez, y esto causa admiración y simpatía entre los católicos e incluso entre no los creyentes o no católicos. Desde diversos sitios están llegando opiniones de gente atea o agnóstica, a los que causa admiración y sorpresa agradable lo que van sabiendo y viendo en el nuevo Papa. Veamos algunos ejemplos de estos hechos del Papa:
            - Causa conmoción que, siendo jesuita, elija el nombre de Francisco y lo hace por San Francisco de Asís, el joven italiano de la Edad Media que, siendo rico, se hizo pobre por amor a Dios y a los pobres.
- Causa conmoción el Papa Francisco que diga: “¡Cuánto querría una Iglesia pobre y para los pobres!”
- Causa conmoción que también diga a sus compatriotas argentinos que no vengan desde Argentina a Roma para su toma de posesión como Papa, sino que, lo que pensaban gastar en el viaje y en la estancia, que se lo den a los pobres.
            - Causa conmoción que, en una fotografía del Papa Francisco, se le vean los zapatos: zapatos corrientes, zapatos sencillos, zapatos ya usados y desgastados. Ésa es la noticia: un Papa que usa unos zapatos corrientes y usados, como tantas gentes que tienen que estirarlos antes de tirarlos y comprar otros, cuando se pueda.
            - Causa conmoción cuando se sabe que el Papa Francisco, cuando era arzobispo en Buenos Aires, no vivía en el palacio arzobispal, sino en un humilde apartamento de 30 metros cuadrados.
            - Causa estupor que, habiendo sido elegido Papa, vaya al hotel donde había estado hospedado antes de entrar en el cónclave. Sí, va en un coche normal, no en una limusina, y va a pagar él mismo la factura de su estancia allá.
            - Además, el Papa Francisco está ofreciendo en estos primeros días de pontificado una predicación mucho más sencilla, casi una transposición directa de lo que podría ser una homilía de parroquia rural. Eso sí, con una notable capacidad de llegar al corazón de la audiencia e, incluso, de generar carcajadas.
  • Antes de rezar la oración a María (el Angelus), el Papa Francisco saludó con un “hermanos y hermanas, ¡buenos días!” Y al final del acto se despidió con un “buen almuerzo y buen domingo”, provocando un aplauso casi interminable.
  • El Pontífice había sido acogido con una fuerte ovación, ondear de banderas y vítores. Dio las gracias a los presentes por acompañarlo. En un momento de su intervención, le preguntó: “¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la que tiene con cada uno de nosotros? Ésa es su misericordia, siempre tiene paciencia, nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si vamos a Él con el corazón arrepentido”.
  • En otro momento dijo: “Recuerdo que apenas era obispo, en 1992, llegó la imagen de Nuestra Señora de Fátima a Buenos Aires y se celebró una gran misa para los enfermos. Fui a confesar a aquella misa. Y casi al final me levanté, porque debía administrar una confirmación. Pero vino una anciana, humilde, muy humilde, octogenaria. La vi y le dije: «Abuela -porque así le decimos a las personas ancianas: abuela-, ¿quiere confesarse?». «Sí», me dijo. «Pero si usted no ha pecado...». Y ella dijo: «Todos tenemos pecados...». «Pero tal vez el Señor no la perdona...». «El Señor perdona todo», me dijo. «¿Segura? ¿Pero cómo lo sabe usted, señora?». «Si el Señor no perdona todo, el mundo no existiría». Sentí ganas de preguntarle: «Dígame, señora, ¿usted estudió en la Gregoriana?», porque ésa es la sabiduría que da el Espíritu Santo: la sabiduría interior ante la misericordia de Dios”.
  • Celebró Misa en una pequeña iglesia del Vaticano y el Papa Francisco saludó a las personas que allí estaban: estrechó manos, acarició y besó a los niños. Para todos tuvo unas palabras de aliento y les pidió que recen por él. Todo en un ambiente de extrema cordialidad.
  • Otra frase suya: “Prójimo no es aquel que yo encuentro en el camino, sino aquel en cuyo camino me pongo”.
Y se podía continuar contando cientos de palabras y hechos suyos. Todo eso ha hecho surgir una corriente de esperanza, de alegría, de confianza, de cariño… ¿Por qué? Porque percibimos que en estos hechos y palabras está Dios.
Sin embargo, una cosa se me ocurre: Esto no lo empezó a hacer ni a decir Francisco en cuanto fue elegido Papa. NO. Esto ya estaba en él desde hacía mucho tiempo. Ahora, al ser elegido Papa, es cuando se hace visible y conocido para toda la Iglesia y para todo el mundo. Y esto nos debe hacer llegar a otra conclusión: ¡Cuántas personas hay en la Iglesia y en el mundo como el Papa Francisco, que no salen en la televisión ni en Internet ni en los periódicos, pero sí son hombres y mujeres de Dios en la Tierra!
¡Señor Jesús, te damos gracias y te alabamos en este domingo de Ramos, porque tu misericordia y tu amor se siguen derramando sobre todo nosotros, porque nos envías a esas personas que hacen crecer en nuestras calles y en nuestros pueblos la esperanza, la alegría, la confianza, el cariño, la fe, el perdón…! ¡¡¡Gracias!!!  ¡¡¡Bendito seas!!!