Como tener relaciones fuertes. (Ap. Jorge Pompa)
Existen dos pilares para mantener relaciones fuertes.
El Amoy y la Lealtad
Dice
Jeremías 5:6 Por tanto, el LEON de la selva los matará, los destruirá el LOBO del desierto, el LEOPARDO acechará sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere será arrebatado; porque sus REBELIONES se han multiplicado, se han aumentado sus DESLEALTADES.
Deslealtad = Rebeldía (Aun peor que la brujeria), alguien que habla a espaldas de ti, es alguien que se aparta. Son los que abientan la piedra y esconden la mano. (Aquellos que nunca se someten a las autoridades puestas por Dios.)
Lealtad = Habilidad de no traicionar, de no apartarse,de no renunciar, de no retroceder, de no regresar, de no dar la espalda en momentos de crisis, y jamas desertar.
¿Donde se prueba la lealtad?
En tiempo de crisis.
"No llames amigo tan pronto a cualquiera que conocieres."
El desleal solo quiere estar bien con la cabeza(autoridades), pero estan mal con el cuerpo. Se esmeran en quedar bien, pero tratan mal a todos los demás, el tipo de amistades condicionadas no valen la pena.
Satanás siempre intentara destruir las buenas relaciones para que no avancen, para que se detengan y no cumplan su propósito en Dios.
Dice
Juan 13:36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.
37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.
38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.
Desleal 3 veces, (Pedro era el mas leal, el mas honesto, el mas integro, el mas luchon, el que mas lo defendió)pero lo negó y lo traiciono.
Si no eres leal el manto no puede llegar.
Dice
Juan 18:25 Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy.
26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? (El huerto del eden se hacia real cuando jesus oraba)
27 Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo.
Marcos 14:68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.
Los gallos tienen don profético porque anuncian deslealtad.
Juan 21:15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Apacienta mis corderos.
Juan 21:16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Pastorea mis ovejas.
Jesus pregunto en agape(amor sin condición) y pedro resprondio en filios(amor reciproco)
Juan 21:17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Apacienta mis ovejas.
Aqui si le dijo te agapo, hasta la tercera vez
Jesus le dejo tres instrucciones: deja de inquietar a mis ovejas, apacientalas, pastorealas, bendicelas y no las dividas, cuida la iglesia, alimenta, deja de lastimar con critica y chisme, cuidalas del Leon, el Lobo y el Leopardo.
Como muestras lealtad?
Cuidando ovejas.
Y no solo a las ovejas, también le encargo a los corderos(Desleales y torcidos)
Entonces le dio el manto.
Ap. Jorge Pompa
Domingo VI del Tiempo Ordinario
Domingo V Tiempo Ordinario (A)
6-2-11 DOMINGO V TIEMPO ORDINARIO (A)
Is. 58, 7-10; Slm. 111; 1 Cor. 2, 1-5; Mt. 5, 13-16
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
En el evangelio de hoy Jesús nos muestra qué es ser cristiano y lo hace utilizando tres parábolas: sal de la tierra, luz del mundo y ciudad visible en lo alto de un monte.
- Voy a basar la homilía sobre la imagen primera usada por Jesús. La sal es un elemento muy familiar a cualquier cultura. Se ha empleado desde siempre para dar sabor a la comida y, hasta la aparición del frío industrial, era prácticamente el único medio para preservar a los alimentos de la corrupción, especialmente
* La sal es sabor. La presencia discreta de la sal en la comida no se detecta; en cambio su ausencia no puede disimularse. La sal se disuelve por completo en los alimentos y se pierde en sabor agradable. Ésta es la condición de la sal: pasar desapercibida, pero actuar eficazmente. Así ha de ser la tarea de un cristiano en el mundo: ser sal de la tierra, sal humilde, fundida, sabrosa, que actúa desde dentro, que no se nota, pero que es indispensable.
* La sal conserva. Sí, la sal preserva los alimentos y evita que se pudran, ya que la sal mata a los gérmenes que pueden dañar tales alimentos. ¡Cuánta hambre ha quitado la sal al haber conservado tantos comestibles, como el pescado o la carne! Así ha de ser el cristiano, como esa sal pletórica de capacidades para conservar la comida para los otros; igualmente el cristiano ha de ser como esa sal pletórica de capacidades para identificar los gérmenes y acabar con ellos, antes de que ellos acaben las semillas de Dios en los hombres.
* La sal significa sabiduría. Antes de la reforma del rito del bautismo auspiciada bajo el Concilio Vaticano II se ponía al recién bautizado un poco de sal en
Es Jesús la verdadera sal de Israel, de toda la tierra, de todo el universo, del pasado, del presente y del futuro. Es Jesús verdadera sal, ya que Él es quien da verdadero sabor a todos los hombres. Suavemente se va introduciendo en el corazón de los hombres y da sentido a sus vidas.
Jesús es verdadera sal, puesto que Él conserva al hombre por entero y no deja que los gérmenes del pecado le destruyan.
Jesús es verdadera sal, que nos da sabiduría eterna y nos da el gusto por las cosas de Dios. Jesús nos da la verdadera sabiduría, nos hace distinguir lo que vale de lo que no vale, lo bueno de lo malo.
- ¿Qué sucede cuando la sal se vuelve sosa y se estropea? Si la sal se volviera sosa, no serviría de nada. La sal… sirve o no sirve. No admite términos medios. Las palabras de Jesús en el evangelio son terribles: “Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente”.
- ¿Soy yo sal de la tierra? Es decir, ¿cumplo con la tarea que Jesús me encomendó de ser sal: dar sabor en los hombres, de preservar y de conservar a los hombres alejándoles del mal, de darles la sabiduría auténtica y eterna?
El otro día me decía un seminarista que le gusta mucho hablar con la gente, escuchar a
Cuando una persona creyente, sea seminarista, seglar, religiosa o sacerdote, escucha a la gente, a la sociedad que nos rodea, la televisión, la radio o lee los periódicos y sus opiniones son directamente contrarias a la doctrina de
Hace años leí un libro de una mujer española: Lilí Alvarez. Ella fue una famosa deportista española allá en la primera mitad del siglo XX. Ella era una mujer de fe. Escribió un libro y en una de sus páginas decía que iba a distintos templos a escuchar a los sacerdotes y, cuando no le daban “sal auténtica”: sal de sabor de Cristo, sal de conservación del alimento de Dios y preservación del mal, sal de sabiduría divina, decía ella: “nada, aquí no hay nada”, y se marchaba.
¿Soy sal de la tierra, soy sal de Jesucristo para los demás? Lo seré cuando se cumpla en mí el salmo 111 y la profecía de Isaías que acabamos de escuchar:
- Repartir limosnas y compartir los bienes. Partir el pan con el hambriento.
- Tener caridad para con todos en las palabras, en los gestos, en las acciones.
- No temer las malas noticias, pues nuestro corazón está firme en el Señor.
- Desterrar de mi vida la opresión hacia los otros, las malas palabras hacia los otros.
- Vestir al desnudo…
Que así sea
Domingo IV del Tiempo Ordinario (A)
30-1-11 DOMINGO IV TIEMPO ORDINARIO (A)
Sof. 2, 3; 3, 12-13; Slm. 145; 1 Cor. 1, 26-31; Mt. 5, 1-12a
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
Si sabéis algo de la sábana santa de Turín, recordaréis que hubo una sorpresa mayúscula cuando fue fotografiada por vez primera, creo que hacia finales del siglo XIX. En efecto, hasta esa primera fotografía siempre se había venerado esta tela como el lienzo que había cubierto el cuerpo de Jesús una vez que se le bajó de la cruz y luego se le depositó en el sepulcro. En la sábana se veían algunas manchas resecas de sangre y poco más, pero, al ser fotografiada la sábana santa e ir a revelar dicha foto, se vio claramente en el negativo la imagen de un hombre entero, por delante y por detrás, y las heridas que tuvo en la cabeza, en los pies, en las manos, en el costado, en las rodillas… ¡Dicho descubrimiento fue algo extraordinario! Pues eso mismo pasa en lo que nos rodea: y es que la realidad puede ser vista por el lado positivo, pero también por el lado negativo. Existen partes de dicha realidad que no son conocidas por el lado positivo, pero sí por el negativo, y viceversa. Y os estaréis preguntando a qué viene esta introducción. Aquí va la respuesta: podemos ver la realidad de lo que nos pide Jesús en las bienaventuranzas que acabamos de escuchar comparándolo con las “bienaventuranzas” que nos ofrece el mundo y la sociedad que nos rodea.
* En efecto, esta sociedad nos presenta, en muchos casos, una sociedad del papel cuché de las revistas del corazón. Veamos lo que nos ofrece el mundo y lo que éste nos propone como deseable para conseguirlo (se abre una revista del corazón [Hola, Semana, Pronto, Ana Rosa…]; vale de cualquier fecha, y miramos y leemos): casas maravillosas, amplias, con buenos muebles y bellamente decoradas; mujeres jóvenes, bonitas, delgadas, ricas, famosas y bien vestidas; todo sonrisas y alegría; parece todo fácil y natural; ¿quién tuviera de todo eso? Sí, este mundo nos dice a voz en grito:
- Bienaventurados los ricos, porque no pasan ninguna necesidad material y pueden comer lo que quieran, vestirse cómo quieran y a la última moda, darse todos los caprichos que quieran, hacer viajes por todo el mundo y tener varias veces vacaciones al cabo del año.
- Bienaventurados los famosos, porque todo el mundo les conoce, les saluda, les invita, les honran, les tratan bien, salen cada dos por tres en la televisión o en los periódicos o en las revistas. ¿Quién fuera famoso como Belén Esteban y poder vivir y ganar dinero como ella hace?
- Bienaventurados los que tienen esos cuerpos jóvenes, sanos, bellos, delgados, porque todo el mundo trata mejor a los guapos que a los feos, a los delgados que a los gordos, a los jóvenes que a los viejos…
- Y podríamos seguir con más cosas, pero vamos a dejarlo aquí.
* Hasta ahora hemos hablado de una de las caras de
La vida, ejemplo y conducta de Jesús son, en definitiva, la clave más auténtica de interpretación de las bienaventuranzas. Él fue pobre y sufrido, tuvo hambre y sed de justicia, fue misericordioso y limpio de corazón, trabajó por la paz y la reconciliación, fue perseguido y murió por causa del bien y por amor al hombre. De esta forma encarnó en su persona las actitudes básicas del Reino que preconizan las bienaventuranzas, y éstas se convierten para el discípulo en programa real y posible del seguimiento incondicional de Cristo.
En efecto, Jesús nos dice (en esta ocasión sólo hablaré de dos de las bienaventuranzas):
- “Bienaventurados (dichosos-felices) los que lloran, porque ellos serán consolados”. Las lágrimas forman parte del ser humano, sobre todo de los niños. Es difícil ver llorar a un adulto; es difícil que lloremos, sobre todo algunas personas, y más en público. Aquí Jesús, con esta bienaventuranza se refiere a las lágrimas causadas por el dolor y por el sufrimiento. Quienes lloran por ello están tristes. Pues a estos que lloran así, Dios mismo los consolará. Nos los dice Jesús en este texto y lo leemos también en el Apocalipsis: “Dios mismo estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor” (Ap. 21, 3b-4). Y en muchas ocasiones Dios nos usará a muchos de nosotros para enjugar las lágrimas de otros, para consolar a otros[1], y para decirles que son dichosos y felices, pues sus lágrimas les hacen merecedores del consuelo de Dios.
Estas palabras no son ninguna invención. Yo he sido testigo de este consuelo que Dios entrega y reparte entre tanta gente, que se acerca a Dios con confianza.
- “Bienaventurados (dichosos-felices) los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. A esta bienaventuranza le doy
Sin embargo, tener misericordia con los otros no significa ser pusilánime con ellos o ser consentidor de todo lo que otros digan o hagan, o dejen de hacer o dejen de decir. No. Tener misericordia es buscar su bien, pero el bien objetivamente hablando y no subjetivamente hablando. En efecto, puede ser que lo que me pida una persona no es lo mejor para ella, o que lo que se le diga no le guste en un primer momento, pero sí que le viene bien posteriormente. Por eso dice Jesús: “A los que yo amo los reprendo y los corrijo; sé ferviente y enmiéndate” (Ap. 3, 19). Sí, la misericordia y la caridad para con los demás es buscar y procurar en ellos la voluntad de Dios y su bien, y no lo que deseen o quieran. La imagen más perfecta de esto yo la veo en la acción de los padres con sus hijos, cuando los están educando: tienen misericordia al amarlos, pero también al corregirlos, que es una de las modalidades del amor auténtico.
Lo contrario de la misericordia es la dureza de corazón. Lo contrario de la dureza de corazón es la misericordia. ¡Ojala Dios nos conceda no tener un corazón duro, sino que nuestras entrañas tengan misericordia y caridad hacia los que nos rodean! ¡Es tan fácil endurecer el corazón!
Domingo III del Tiempo Ordinario (A)
23-1-2011 DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO (A)
Is. 9, 1-4; Slm. 26; 1 Cor. 1, 10-13.17; Mt. 4, 12-23
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
El evangelio que acabamos de escuchar hoy termina con estas palabras de Jesús: “Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos”. Y quisiera fijarme hoy en la primera de las palabras dichas por Jesús: “Convertíos…”. Ya he hablado en otras ocasiones de la conversión, que ha de estar presente en todos los cristianos, pero he puesto en esos momentos más el énfasis en una conversión… personal e individualizada. Hoy, sin embargo, quisiera predicar algunas ideas sobre la conversión comunitaria.
- Pecado comunitario. Antes de hablar sobre la conversión comunitaria hemos de hacer mención del pecado colectivo o comunitario. Estamos demasiado acostumbrados a pensar en el pecado como realidad personal, pero también existe un pecado estructural o social, el cual está compuesto por los pecados personales de todos los que formamos la sociedad, pero, además, dicho pecado estructural sobrepasa y va más allá del pecado individual. Sí, existe también un pecado colectivo o social; el mal de los hombres alcanza a las empresas, a las naciones, a las instituciones, a los mercados…:
* A principios de 1980 había un chico que estaba cumpliendo el servicio militar en Oviedo, concretamente en el cuartel del Milán, hoy convertido en gran parte en centro universitario. Este chico era chapista y pintor de coches de profesión, y lo destinaron, después de la jura de bandera, al parque móvil del cuartel. Se ocupaba de la reparación de los vehículos militares, En la práctica este soldado y otros con su misma profesión arreglaban los coches particulares de los mandos con… material del ejército y con mano de obra del ejército, y todo ello le salía gratis a los mandos. Asimismo, cuando a los mandos se les acababa la gasolina, entraban en el cuartel y llenaban el depósito con la gasolina del ejército y, por supuesto, todo ello gratis. Era normal este comportamiento y no creaba mayor problema, pues estaba perfectamente asumido por todos: mandos superiores, medios y soldados. Todo el mundo “chupaba” lo que podía.
* Cosas parecidas sucedían en la ENSIDESA: un ingeniero que trabajaba en la empresa estatal montaba otra, en este caso una empresa privada. Dicho ingeniero certificaba que determinados laminados que salían de los hornos altos de ENSIDESA estaban defectuosos (cosa que era falsa) y se vendían entonces como chatarra a la empresa de su propiedad, y esta empresa revendía el laminado de nuevo a la ENSIDESA como material de primera calidad. El negocio era redondo. Y esto que hacían los de arriba, lo hacían los de abajo en otras cosas o a otros niveles: herramientas, toallas, fundas, horas no trabajadas…
* Hacia 1999 me enteré que Telefónica procuró prejubilar a empleados suyos entre 51 y 57 años de edad, que tenían buenos sueldos y quinquenios. En su lugar contrató a chicos bien preparados, pero firmando con ellos contratos basura. El negocio era redondo. Esta modalidad de la prejubilación (echar a gente para casa en pleno vigor para producir y con buenos sueldos) ha sido mayoritariamente usada, y de tal manera que Toxo (líder del sindicato obrero de CC.OO.) acaba de reconocer este lunes pasado, que la modalidad de la prejubilación ha sido usada frecuentemente y no de un modo correcto en estos años anteriores.
* Por otra parte, existen situaciones injustas a nivel mundial, como la acumulación excesiva de bienes materiales en manos de unos pocos y, por ello, otros muchos pasan hambre, desnudez, enfermedad, falta de vivienda y trabajo. Pensemos que el 20 % de la población mundial tenemos el 80 % de la riqueza[1]. Y de ese 20 %, la mayoría somos cristianos, al menos de bautismo. Existe acaparamiento de poder por unos pocos que gobiernan a la mayoría: los ocho países más ricos de la tierra (sus gobiernos y empresas internacionales) deciden cómo va a ser la economía del mundo. Asimismo existe un interés de unos pocos por detener injustamente el desarrollo integral de los demás. Por ejemplo, mediante la expulsión de misioneros y matanzas de catequistas por ayudar y culturizar a las gentes.
Pienso que, con estos ejemplos, ha quedado un poco más claro lo que se ha de entender por pecado colectivo, o social, o estructural, o comunitario. Este modo de actuar está tan asumido por la sociedad o por gran parte de ella, que forma parte del pensamiento y del comportamiento habitual de las personas que componen dichos organismos o instituciones. Y quien no quiere seguir este modo de obrar es tachado de loco o visionario.
- Conversión comunitaria. Frente a este tipo de comportamiento y de pensamiento provocado por el pecado estructural, los cristianos no podemos estar con las manos quietas, no podemos ser unos cristianos tibios; no podemos decir: “Yo no robo ni mato”. Si yo no lucho contra ese pecado que hay en mí mismo, en mi pueblo, en mi ciudad, en España, en el mundo entero, entonces yo estoy ayudando a perpetuar en la sociedad ese pecado estructural y en alguna medida soy responsable igualmente de dicho pecado. Ya sabéis el refrán: “tanto peca el que mata, como el que tira de la pata”. Recuerdo que, teniendo yo 22 años, fui a trabajar a Suiza para pagarme los estudios del Seminario. Allí conocí a varias personas en
Sí, Cristo nos llama en el evangelio de hoy a la conversión: “Convertíos…”. La conversión personal del cristiano tiene siempre una dimensión comunitaria y, por lo tanto, la conversión evangélica de cada fiel está reclamando e implicando una conversión y renovación de la humanidad, del mundo y de
Ya para terminar, si me lo permitís, os impongo la tarea (y a mí mismo también) de examinar en esta semana qué estructuras de pecado estoy yo apoyando en mi entorno con mi comportamiento, con mi pensamiento, con mis palabras, y cuáles debieran de ser los frutos que yo debería dar para hacer realidad esa conversión comunitaria, que Jesús nos pide hoy en el evangelio.
[1] Digo “tenemos”, porque nosotros, los que aquí estamos, mayormente pertenecemos a este 20 % de ricos a nivel mundial.