Domingo I de Adviento (B)

30-11-2008 1º DOMINGO ADVIENTO (B)
Is. 63, 16b-17; 64, 1.3b-8; Slm. 79; 1ª Co. 1, 3-9; Mc. 13, 33-37
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Queridos hermanos:
- Hace unos 2.500 años en Israel se vivía una situación bastante dura y difícil en muchos aspectos, especialmente en el ámbito religioso. El profeta Isaías veía esta situación con sus propios ojos y, como él tenía una gran sensibilidad, lo sufría en carne propia. Este dolor lo dejó plasmado en sus escritos. En el trozo que hoy hemos leído se dice: “Nadie invocaba Tu nombre ni se esforzaba en aferrarse a Ti”. “Todos éramos impuros”. “Nuestra justicia era un paño manchado”. “Todos nos marchitábamos como follaje”. En esta misma línea se pronuncia el salmo 13, en el que se lee: “Dice el necio para sí: ‘¡Dios no existe!’ Todos están pervertidos y practican la maldad, no hay quien haga el bien. El Señor mira desde el cielo a los hombres para ver si queda alguien juicioso que busque a Dios. Pero todos se obstinan en su rebeldía, ninguno hace el bien”. Sí, el profeta, igual que el salmista, veía que la fe en Dios era abandonada: no creían ni los jóvenes, ni los viejos, ni los hombres, ni las mujeres. Pero Isaías sufría por tantas cosas. Veamos si la situación hoy día está algo mejor.
* También ahora se abandona la fe a marchas forzadas. Hay muchas solicitudes de apostasía en toda Europa, y no sólo en España, pero estas apostasías formales son únicamente la punta del iceberg de la gran apostasía práctica de tantos y tantos bautizados a lo largo y ancho de Asturias, de España, de Europa.
* En una sentencia judicial reciente, concretamente en Valladolid, se obliga a quitar los crucifijos de un colegio; el otro día leía en el periódico que un número de la Guardia Civil paró a una señora que circulaba en su coche hacia el Valle de los Caídos y le obligó a quitar el rosario que llevaba colgando alrededor del espejo retrovisor porque “eso” era algo provocador y podía originar altercados y desordenes públicos; también leía esta semana que dos números de la Guardia Civil de un cuartel en Córdoba presentaron una reclamación para que una imagen de la Virgen del Pilar que estaba a la entrada del cuartel fuera quitada, pues ofendía a su sensibilidad; el año pasado, por estas fechas, en varios centros escolares se obligó a suspender la celebración de las fiestas navideñas para no herir las sensibilidades de los niños, cuyos padres eran no creyentes.
* No se puede poner una placa en el Congreso de los Diputados a Sor Maravillas, una monja santa y católica. Si fuera una tenista, o una escritora, o una artista de la música o del teatro o del cine… entonces sí que se podría poner dicha placa.
* Se ensalza como un logro sanitario la vacuna contra el cáncer de útero en las adolescentes, cuando el otro día escuchaba cómo un médico decía que esta vacuna actúa exclusivamente contra dos virus que se contraen por tener frecuentes relaciones sexuales con varones distintos y que el mejor remedio contra estos dos virus no es la vacuna, sino que es evitar la promiscuidad, es decir, mantener relaciones sexuales con una única persona. Pero decir esto es políticamente incorrecto.
* En España y en Asturias se ponen problemas para las medicaciones de tantos enfermos crónicos; se dice a los médicos de cabecera que ahorren en las recetas lo que puedan, pues la Seguridad Social tiene que ahorrar (lo cual me parece muy bien y creo que nos medicamos demasiado), pero, por otra parte, se quiere financiar a cargo de esta misma Seguridad Social el cambio de sexo o la vacuna contra el cáncer de útero o la píldora poscoital, porque todo esto es moderno y progresista.
* Estamos en una época donde no se puede decir la verdad, sino que la verdad es la que se propugna desde la clase política dominante o desde determinados medios de comunicación.
* La crisis de valores, ya no sólo religiosos, sino simplemente humanos es impresionante. El vacío en los valores religiosos o espirituales, o dicho de otro modo, el buscar sólo las cosas materiales, el tener más que el ser… hace que la gente se encuentre y se sienta sin ilusión y vacía, y buscando siempre más y más sensaciones extremas. Parece que si no bebes alcohol, si no vas de vacaciones a Cancún, si no tienes dos casas, si no sales a comer o cenar los fines de semana, si no estrenas ropa frecuentemente, si no te realizas personalmente…, entonces eres un carca y un pasado de moda o de la Edad Media.
Ante todos los desastres que observaba el profeta Isaías en su tiempo, él clamaba al Señor y le pedía: “Vuélvete por amor a tus siervos […] ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! […] Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en El […] Señor, tú eres nuestro padre”. Ante todas estas situaciones también nosotros hemos de clamar al Señor y no dejarnos arrastrar por las modas y por lo que no construye a la persona, sino que la destruye por dentro.
Además de clamar al Señor, Jesús nos dice que hemos de vigilar y estar en vela para no dejarnos arrastrar por modas y pensamientos que no dan vida, sino que nos la quitan. Como medio, en este Adviento, para estar vigilantes y para clamar al Señor os propongo, como cada año, confeccionar un plan de Adviento.
- En efecto, al llegar este primer domingo de Adviento, os recuerdo la conveniencia de que todos realicemos y preparemos un plan de vida, que dure desde hoy, 30 de noviembre hasta el 24 de diciembre por la noche. Todos los cristianos somos o debemos ser como madres embarazadas de Cristo Jesús. Hemos de preparar los patucos, la cuna, biberones… para el Niño Jesús, que nacerá el 24 del mes que viene.
Los que tenéis experiencia de otros años ya sabéis las cosas que yo aconsejo para este tiempo: 1) intensificar la oración y los tiempos dedicados a ella, 2) más lectura espiritual, que pueden ser lecturas de las Misas o las cartas de San Pablo, pues estamos en el año paulino, 3) confesarnos antes del 24 de diciembre, 4) no comprar lotería, 5) no comer nada de dulces navideños antes del 24 de diciembre, 6) visitar a enfermos, ancianos, amigos que lo necesitan y agradecerán, 7) obras de caridad y de amor con nuestros familiares de casa o de fuera de casa, 8) luchar contra algún vicio o defecto más dominante en nosotros: tabaco, alcohol, comida, lengua, televisión, ordenador, gastos excesivos…, 9) más limosnas, 10) asistir a Misas por la semana, 11) reconciliarse con alguna persona, 12) ordenar cosas mías o de la casa, 13) darse en el trato con el cónyuge y los hijos, 14) y un largo etcétera.
Yo os doy simplemente ideas. Vosotros las concretaréis según vuestras fuerzas y circunstancias. Lo que sí es cierto, y de ello estoy totalmente seguro, es que, si hacemos un plan para el Adviento y procuramos adecuarnos a él, estas Navidades el Niño Jesús estará mucho más a gusto en la cuna de nuestro espíritu.