Domingo XXXI del Tiempo Ordinario (B)



4-11-2012                              DOMINGO XXXI TIEMPO ORDINARIO (B)
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            Si tuviéramos que resumir lo que Jesús anduvo diciendo y haciendo durante tres años, lo encontraríamos escrito en este evangelio. Unas palabras que bastan por sí solas, unas palabras hechas para pensar y para orar sobre ellas.   En efecto, Jesús nos dijo muy claramente, con su vida y con su boca, cuál es el mandamiento principal: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser... Amarás al próji­mo como a ti mismo”.
            - Veamos a continuación dos historias concretas de amor y de cumplimiento del mandamiento. La primera se titula “Cicatrices de amor”. La segunda está sacada de un periódico y se escribió con el siguiente titular: “Una madre canadiense gana una huelga en su propia casa”[1].
            1) “Cicatrices de amor”: “En un caluroso día de verano, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró al agua y nadaba feliz. No se daba cuenta que un cocodrilo se le acercaba. Su mamá, desde la casa, miraba por la ventana y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndola, el niño se alarmó y giró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle, la mamá agarró al niño por sus brazos justo cuando el caimán le agarraba sus piernecitas. La mujer tiraba de los brazos del niño con todas sus fuerzas. El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada, y su amor no la abandonaba. Un hombre que escuchó los gritos se acercó al lugar con una pistola y mató al cocodrilo. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar. Un día un periodista fue a verle al hospital y preguntó al niño si quería enseñarle las cicatrices de sus pies. El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo, se remangó las mangas de los brazos y, señalando hacia las cicatrices en sus brazos, le dijo: -Pero las que usted debe ver son éstas. Eran las marcas de las uñas de su mamá, que habían presionado con fuerza en sus brazos. –Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida.
            Conclusiones: a) El que ama siempre está vigilante sobre quienes ama; b) ese amor nos da unas fuerzas sobrehumanas frente a todas las adversidades; c) ese amor da sentido a todo lo que vivimos y nos dice en nuestro interior para qué y para quién vivimos; d) ese amor hace que podamos ser heridos por las uñas de quienes nos aman; e) puede que nos rebelemos un día contra quien nos hiere con sus uñas, pues pensamos que nos quiere hacer daño y, sólo con el tiempo, descubriremos que lo único que quería era salvarnos de los cocodrilos que nos rodean. A esos cocodrilos nosotros los podríamos ver, en aquel tiempo, como amigos o como algo bueno, pero no lo era.
            2) La huelga de una madre. “El 1 de octubre de 2012 Jessica Stilwell declaraba una silenciosa batalla en su hogar. Harta de limpiar, ordenar y recoger todo lo que sus hijas adolescentes dejaban tirado por la casa, había decidido declararse en huelga. Su marido la apoyaba. Iban a ser unos días difíciles, pero el fin lo merecía. ‘Primer día de no recoger, ordenar, lavar, limpiar, recordando o regañando’, relataba esta madre canadiense en su blog. El matrimonio limpiaba y lavaba sólo lo que ellos ensuciaban. ‘A las 18:00 horas los platos del desayuno y los de la cena aún están en la mesa. El lavavajillas está desbordado, los zapatos y mochilas están en medio del pasillo. Hay calcetines sucios, botellas vacías de Gatorade y kleenex usados detrás de mi sofá’. Ella, sentada, se tomaba un vaso de vino mientras una de sus hijas le preguntaba por qué actuaba de forma tan extraña. Durante el fin de semana se había dado cuenta de que sus hijas, dos mellizas de 13 años y una más pequeña de 10, incumplían con los encargos que tenían desde pequeñasy debía hacerles comprender que ‘su madre no era su empleada’, según explicó a la BBC. ‘Me di cuenta de que estaba haciendo todo por ellas, porque me resultaba más fácil; así que, cuando mi esposo volvió de jugar al golf, le dije: «Ya está. Mañana empezamos una huelga»’. Con sentido del humor fue relatando en su cuaderno de bitácoras el esfuerzo que le supuso ver cómo el caos se apoderaba de su casa día a día. ‘He aprendido muchas cosas hoy’, escribía el día 2. ‘Los cereales con leche de una taza comienzan a oler mal mucho antes de lo que cabría esperar’ y ‘si dejas el lavavajillas abierto todo el día con platos sucios, el perro lamerá todo’. La mugre se extendió por la casa. Al cuarto día descubrieron algo parecido al queso en un vaso de leche abandonado. Como las niñas no limpiaban las bolsas en las que acostumbraban a llevar el almuerzo al colegio, tuvieron que utilizar bolsas de plástico de las que se usan para recoger los excrementos del perro, una humillación para ellas. A los seis días de huelga, las hijas se pelearon entre sí, culpándose unas a otras del estado de la casa. La discusión terminó volviéndose contra los padres. ‘Su enojo de por qué no había limpiado me hizo reír’, señaló Jessica, que acabó explicando a sus hijas los motivos de su huelga. Al final, las tres se disculparon y le dieron las gracias. ‘Cerré los ojos y me imaginé que acababa de subir el Monte Everest y mientras estaba en la cima de la montaña gritaba «¡Eso es! ¡He ganado!»’. Ese mismo día escribía con sorna en su blog: ‘Odio decepcionar a todos... pero anoche cedieron los tres niños. La huelga ha terminado’. Al término de la experiencia, Jessica Stilwell señalaba que estaba ‘muy orgullosa’ de sus hijas y que le gustaría ‘darles el mundo entero’, pero se había dado cuenta de que ‘estaba haciéndoles un flaco servicio. Las estaba programando para el fracaso. Me da miedo pensar que estamos educando una generación de jóvenes cuya actitud de vida será «y tú, ¿qué estás haciendo para mí?»’. En última entrada en el blog, hace dos días, señalaba que ahora se puede tomar un tiempo para ella: ‘Mi vida parece estar acomodándose un poco’”.
            Conclusiones: a) amar no significa hacer TODO por la persona amada, sino y sobre todo procurar que esa persona crezca interiormente en responsabilidad, laboriosidad, honestidad, sacrificio, constancia, paciencia…; b) es más fácil hacer lo que le corresponde a los otros ‘para tener la fiesta en paz’, que enseñar; c) la madre enseñaba y exigía responsabilidades a las hijas, pero lo hacía con su boca. Sin embargo, las hijas sabían que tenían que escucharla y no hacer nada, pues, al final, la madre acabaría haciéndolo por ellas; d) para enseñar se puede usar un lenguaje de palabras o de hechos. En este caso concreto, el primero no le funcionó a la madre y usó el lenguaje de hechos, que funcionó de maravilla; e) amar es mantenerse firme en lo que es justo y la madre no les ahorró la humillación de que llevasen la comida al colegio en bolsas de basura. Si la madre hubiera claudicado con esto para que los demás no pensasen…, todo se hubiera perdido; f) amar es ayudar al otro ahora y para siempre. Por eso, la madre se dio cuenta que en realidad educaba a sus hijas para el fracaso al hacer TODO por ellas y para ellas.
            - Sólo podemos amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todo el ser, cuando hemos experimentado ese mismo amor de Dios hacia nosotros. En efecto, sólo Dios nos ama de verdad CON TODO SU CORAZON, CON TODA SU ALMA, CON TODA SU MENTE, CON TODO SU SER. Y sólo podemos amar a Dios de esa manera cuando usamos el mismo amor que Él nos está dando.
            ¿Cómo sé yo que Dios me está amando?Hay muchas maneras, pero yo personalmente lo descubro cuando percibo que siempre está vigilante sobre mí, cuando me da fuerzas para tirar adelante, cuando da sentido a mi vida de cada día (el porqué y para qué), cuando me hiere con sus uñas para librarme de los cocodrilos (de los que veo como tales y de los que me parecen buenos o inocuos), cuando lucha por hacerme crecer interiormente y no me trata como un niño malcriado, caprichoso y consentido, cuando me deja asumir las consecuencias de mis acciones, cuando me enseña de palabra y de obra, cuando me ama de palabra y de obra…

[1] Se puede pinchar o copiar este enlace para ver las fotos que la madre huelguista colgó en su blog: http://www.abc.es/20121029/familia-padres-hijos/abci-madre-canadiense-gana-huelga-201210291144.html