UNA GOTA DE ACEITE



Muchas veces en la vida es conveniente echar un vistazo al pasado para poder interpretar mejor el futuro. Yo suelo hacerlo con frecuencia, me ayuda a orientarme y  creo que es la mejor manera de poder escoger cuál puede ser el mejor camino a tomar para conseguir un objetivo. Esto no siempre funciona, de errores tengo el camino repleto, pero la verdad, suele ser muy fiable. Quizás tenga esa virtud o mucha fortuna.

En la vida suelo predicar con el ejemplo e intento que mis hijos sean consciente de que todo lo que están viviendo en el presente debe de ser la base para sus vivencias en el futuro. Estoy convencido de que muchos no pensarán igual que yo y hacen bien. Vivir el presente y olvidar el pasado es una doctrina pero pienso que “Quien olvida su historia está condenado a repetirla", una de mis frases de cabecera.
Cuando empecé a tener consciencia plena de que me atraía el mundo del motor me impliqué desde el primer momento a todo lo que se relacionaba dicho deporte. En una tierra con tanta experiencia en todo lo relacionado con las carreras como es Jerez de la Frontera, la verdad, me sentía como un privilegiado. No todos tienen la posibilidad de tener a dos pasos un circuito permanente como yo con una amplia gama de eventos, así que la verdad, lo tenía fácil para poder  disfrutar de ellos, eso sí,  siempre que la cartera lo permitiera y eran pocas. La adolescencia tiene lo que tiene, el mal de los bolsillos vacíos pero siempre intentaba buscarme la vida. En un trazado tan grande, con tantas puertas y que moviliza tanta gente, siempre hay alguien que te pueda conocer y dejarte entrar sin pasar por taquilla. No siempre había que rascarse el bolsillo.
 Una vez terminados mis estudios empecé a trabajar en algunos medios de comunicación locales y era el cabeza de lista para ir al circuito para poder filmar lo que fuera. Pero ese chollo se acabó, todo lo bueno dura poco. Ahora vivo y predico como simple aficionado, aunque para ser sincero, sigo teniendo mis contactos.
La F1 ya sabéis que en España nació como nació y se ha convertido en un deporte de masas gracias a un muchacho que supo colocar este deporte en los lugares que ahora está, pero eso no fue siempre así. Para ser sincero en el pasado el automovilismo nunca destacó. No sé si es por tradición, por ser un país de baja capacidad adquisitiva, en fin, no sé pero lo que si es cierto es que antes, ésto de las cuatro ruedas nos gustaba a cuatro gatos, los mismos que nos veíamos en las desiertas gradas del circuito cuando íbamos a ver los entrenamientos invernales  que llegaban a casa cual pájaro migratorio todos los años.
Alguna que otra vez lo he comentado, los que lleváis más tiempo lo habréis leído este comentario en alguna ocasión pero no me importa repetirlo, sí, éramos literalmente cuatro gatos en la grada y no es retórica. Como siempre, el muchacho no faltaba a la cita, tanto que gané amistad con los porteros y eran más flexibles conmigo  pudiendo llegar a zonas donde estaba prohibido el acceso. ¡Cómo disfrutaba haciendo fotografías a pie de pista! y sobre todo, la posibilidad de poder cruzarte en cualquier momento con los grandes del automovilismo mundial de la época, eso sí, siguiendo a un prometedor asturiano que parecía que podría despuntar en este deporte.
Ahora esto ha cambiado como sabéis y esos privilegios los perdí por la afluencia masiva de gente. Disfruto cuando veo el aparcamiento repleto los días de entrenos y lo comparo con los de años anteriores en el que  podía entrar con el coche dentro. Disfruto cuando veo las gradas llenas cuando antes éramos cuatro en ellas. Disfruto cuando veo a la gente interesada por todos los aspectos que mueven a este deporte cuando antes no podías encontrar artículos decentes en castellano salvo que supieras ingles y te lo curraras.
Todo es estupendo y maravilloso ahora pero me temo que todo esto es flor de un día y tiene una fecha de caducidad, la fecha que marcará la retirada de Fernando de la máxima competición, eso sí, salvo que alguien que destaque ocupe el hueco dejado por él, algo que por ahora está complicado aunque alguna que otra cabeza parece asomar por el horizonte.
Soy pesimista, lo confieso y no, hoy me he levantado decaído. Quizás me equivoque, ojalá pero este deporte no tiene futuro en esta bendita tierra. Quiero mirar a mi pasado para encontrar signos positivos pero no los encuentro y siempre me llevan al mismo sitio.
Sí, lo reconozco, tengo envidia sana por el motociclismo, siento envidia por la gente que mueve, por la AFICIÓN que va regenerando su sangre día a día, por  su cantera, en fin, por todo lo que rodea. Como gran aficionado que fui y en menor medida soy no dejo de reconocer que es un deporte que tiene futuro impresionante en esta piel de toro en que vivimos. Como dije, no hay mejor manera para encontrar el futuro que mirar el pasado.
Antes, cuando iba a los entrenos del IRTA trabajando para la TV las gradas estaban plagadas de gente, pero no solo cuando venían los grandes se llenaba, cuando llegaba el campeonato de España había más de un millar de aficionados, cuando lo hacía el andaluz de motociclismo, un millar justo y así sucesivamente. Viendo eso signos, es normal encontrar estos síntomas. Tres pilotos luchando por la máxima competición del mundo de las dos ruedas y si bajamos la mirada a las categorías inferiores vemos como sangre nueva ocupará el puesto cuando los Lorenzo o Pedrosa de turnos se vayan.
El pasado ha respaldado el futuro.
Todo esto me viene a la cabeza cuando el fin de semana pasado fui con mi hijo a disfrutar un domingo en el trazado Jerezano donde se disputó el campeonato de España de gran turismo (la GT) y el europeo de F3 y claro, se te cae el alma al suelo cuando encuentras que hay más gente compitiendo en las carreras auxiliares que la que están en las gradas. Qué queréis que os diga, la imagen desmoraliza y mucho.
Hace algún tiempo estuve hablando con alguien cercano a la nueva dirección del circuito de Jerez que tomó las riendas después de la quiebra en la que mantenía el consistorio jerezano al trazado y me comentó que querían potenciar las actividades para relanzar la actividad y hacerlo más atractivo y sobre todo, competitivo. Recuerdo mis palabras cuando me dijeron que traerían la F3, la GT e incluso la DTM  para motivar la asistencia de público. Les dije que no servirá de nada, no atraerían  gente con esas carreras y perderéis dinero con ellas. La verdad, siento mucho haber acertado. 
Creando cantera.
Un deporte esta condenado a desaparecer cuando a la cantera no se le cuida pero estas cosas o te gustan o no te gustan, no se puede evitar y sobre todo forzar. Sé que a veces hay que sacrificar un domingo de playa por ir a pasar calor para ver carreras pero no son todos los días y a veces tiene sus recompensas. Ver a un hijo disfrutar con unos coches que se pelean en la pista sin conocer siquiera el piloto que lo conduce hace crecer la cantera  y la afición, os lo aseguro. Educación le llaman algunos, sí, puede ser. Quien enseña a disfrutar con algo que no conocía es una manera de aprendizaje. Si no mostramos las cosas buenas que pueden traer este tipo de eventos a las nuevas generaciones tampoco lo harán ellos con los suyos. Un grano no hace granero pero ayuda al compañero. Esa es mi esperanza. Todos los que disfrutamos de este apasionante deporte debemos poner nuestro granito y seamos predicadores de su belleza y no solo con la élite del deporte, también con las bases ya que se disfruta mucho con ellas, os lo aseguro. Muchos dirán que soy pesimista pero los antecedentes me hacen serlo. Pienso que se perdió la oportunidad cuando Carlos Sainz gano todo lo que se podía ganar en el mundial de Rallyes y así está el presente, las resúmenes del Mundial  WRC por cadenas de pagos o en abierto en orarios imposibles. Esta será la única manera de crear futuro y lo que tengo claro es que es la única manera de evitar que el deporte del motor sea una gota de aceite en un océano de agua. Tengamos fe.